Puerto Portals, un complejo náutico que ofrece moda, diseño, gastronomía y competiciones de nivel
Mallorca es un lugar parecido a la felicidad”, afirmaba Jorge Luis Borges al referirse a la bella isla blanca. Y razón no le faltaba. La mayor de las islas Baleares se ha convertido en un gran referente de ocio, naturaleza, bienestar y gastronomía, que se materializa en enclaves con alma como Puerto Portals. Situado a tan solo diez kilómetros del municipio de Calviá, en plena bahía de Palma, este complejo náutico y de ocio se ha convertido, a lo largo de sus treinta y un años de historia, en una de las marinas más prestigiosos de la isla y del Mediterráneo. Aquello que en su día cautivó a Borges posiblemente fue lo que sedujo al empresario alemán Klaus Graf, alma mater de lo que hoy es Puerto Portals, bajo la dirección actual de su hija Corinna. Graf, expresidente de la multinacional Teka, quien a diario bajaba hasta el desolado muelle donde tenía amarrada su embarcación, ideó y desarrolló lo que hoy es Puerto Portals, un enclave donde, más allá de sus
639 amarres, de entre ocho y sesenta metros de eslora, se levanta un área comercial y de ocio donde poder relajarse tras la jornada. Y es que si hay un momento del día donde este puerto alcanza el calificativo de “mágico”, ese es, sin duda, el atardecer, cuando la actividad náutica cesa, las embarcaciones descansan y el trajín en tiendas y restaurantes aumenta. Es entonces cuando las propuestas gastronómicas más heterogéneas entran en juego: desde Baiben, con sus especialidades de brasa y
slow cooking, al clásico Flanigan, con su memorable gazpacho y su tarta de manzana con helado de vainilla –de la que el rey emérito Juan Carlos I es un gran enamorado–, pasando por las hamburguesas de Wellies, las pizzas de Diablito o la exquisitez de Lucy Wang, entre otras. A lo largo del bulevar del puerto, ambientado como si de una típica villa mallorquina se tratara, se concentran propuestas de cocina japonesa, china e india, a las que se suma la inminente apertura de un restaurante libanés. La moda, la
relojería y las tiendas de diseño tienen cabida en un lugar privilegiado, frente al Mediterráneo, por el que poder pasear, con las embarcaciones de fondo y con la bella y esbelta torre de capitanía presidiendo el puerto.
Glamurosa sin ser elitista, la oferta de Puerto Portals atrae no solo a aficionados y profesionales de la náutica,
sino a todos aquellos viajeros y lugareños que, en familia, en pareja o con amigos, desean disfrutar de un entorno bello que conserva la esencia de sus orígenes.
EPICENTRO "GLOCAL"
El puerto se ha convertido en un
referente internacional gracias a múltiples eventos que se organizan a su alrededor. Uno de los de mayor relevancia corresponde a la Puerto Portals Sailing Week 52 Super
Series, que hace exactamente una semana fue testigo de la victoria del equipo Provezza, del armador turco Ergin Imre. Competición y acontecimientos lúdicos alrededor de ella se dieron cita con la marina como epicentro. Otra cita clave a tener en cuenta es en marzo, con el Oris
Rally Classic, en el que se reúnen un centenar de coches llegados de todo el mundo para competir a lo largo de diferentes tramos de la isla.
Ahora bien, la cita ineludible de este agosto tiene lugar en Puerto Portals los miércoles y jueves por la tarde con
The Sunset Market, en el que se dan cita una veintena de puestos de artesanía, complementos, decoración y gastronomía local, todo ello amenizado con atracciones y música en vivo.
Y la actividad en Puerto Portals no cesa con el fin del verano. Claros ejemplos: su Christmas Market, que nada tiene que envidiar a los clásicos mercadillos europeos de referencia, y su novedoso Farmers’ Markets ,un original mercado de comercio local y productos de proximidad, en cuya esencia radica la apuesta del puerto por fomentar la cultura, las tradiciones y la gastronomía mallorquina. Aquellos estándares que motivaron que Borges considerara la isla algo parecido a la felicidad.