Ramon Llull y los puntos de libro
Casi podría afirmarse que el filósofo mallorquín Ramon Llull fue un precursor del libro pop-up (desplegable). En uno de sus libros del siglo XII utilizó como explicación de sus cálculos astrológicos una ingeniosa rueda móvil en medio del texto y que ahora está catalogada en el archivo de la UB. En el mismo, se encuentra una minicolección de puntos de libros antiguos. Resulta curioso ver los puntos de flecha de cordel (“de uso común en las bibliotecas medievales pero que por su fragilidad han sobrevivido muy pocos”) como los que se muestran en estas fotografías. Se trata de marcadores de pergamino dinámicos con números y letras para indicar la página, la columna o la línea. Las letras P,M y F indicarían, según los investigadores del archivo, principio, medio y final. En la última imagen, de la obra El hermitaño perfecto (1795), se ve una pieza redonda de pergamino doblada y cosida a un cordel que permite recuperar la lectura para la página y la línea. Se cree que el 1 y el 2 indicaban el verso o el recto de las páginas entre las que se encontraba el punto. Y después, deslizando la pieza hasta la altura que interesaba se conseguía el punto exacto donde se había dejado la lectura.