Maduro sofoca un intento de golpe militar en Venezuela
Un reducido grupo de militares se subleva en Valencia, tercera ciudad del país
El régimen de Maduro anunció ayer que ha sofocado un intento de golpe militar, tras la publicación de un vídeo en el que un reducido grupo de soldados anunciaba una acción contra el Gobierno y en defensa de la Constitución.
La confusión que se cierne este agosto sobre Venezuela parece no tener fin. La espiral de tensión subió ayer un grado más después de una aparente sublevación de un grupo de unos veinte militares que se declararon en rebeldía contra el régimen de Nicolás Maduro, y que, según anunció su segundo, Diosdado Cabello, las fuerzas armadas chavistas lograron sofocar.
Los sublevados publicaron un vídeo durante la madrugada en las redes sociales donde afirmaban que habían tomado el Fuerte Paramacay en Valencia –la tercera ciudad del país, en el estado de Carabobo– en un alzamiento que no pretendía ser “un golpe de Estado”, sino “una acción cívica y militar para reestablecer el orden constitucional”.
Los uniformados, con armas largas, decían ser de la 41 Brigada Blindada de Valencia y estar bajo las órdenes del capitán Juan Caguaripano, inactivo del cuerpo militar venezolano desde la ola de protestas antigubernamentales del 2014. Caguaripano se presentó como el “comandante de la operación David Carabobo” –así la bautizaron– y aseguraba estar acompañado de oficiales, tropas activas y de reserva de “todos los componentes” de las fuerzas armadas, así como de policías y “hombres y mujeres valientes amantes de la libertad”. Fuentes cercanas a las fuerzas armadas oficiales indicaron a Efe que el grupo estaba integrado por algunos militares rebeldes, pero también por civiles vestidos de uniforme.
“Como militares institucionales reconocemos y respetamos a la Asamblea Nacional (de mayoría opositora)” y “exigimos que esta reconozca y respete la voluntad de un pueblo por librarse de la tiranía”, dijo el capitán en el vídeo. En el mensaje animaba a todo el país a saCabello lir a la calle de forma pacífica y a colocar pancartas que se refirieran al artículo 350 de la actual Constitución, que autoriza a los venezolanos a no seguir las leyes y los mandatarios antidemocráticos. Pero también advertía que todo civil que fuera “hostil” contra su causa se iba a convertir en “objetivo militar”.
Poco después de la publicación, confirmó en Twitter que un grupo de “mercenarios terroristas” habían tomado el control en el Fuerte Paramacay. En una cadena de tuits en los momentos posteriores, informó de que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) había sofocado el presunto alzamiento y que nada había sucedido en el resto de recintos militares del país. Un testigo confirmó a Reuters haber oído disparos en las inmediaciones del cuartel.
El supuesto asalto terminó con al menos ocho detenidos, un muerto y otro hombre “gravemente herido”, según el comandante general del ejército chavista, el mayor general Jesús Suárez Chourio, quien describió lo sucedido como un acto “terrorista, paramilitar, mercenario pagado por la derecha y sus colaboradores, pagado por el imperio norteamericano”. Al menos tres de los detenidos son oficiales de bajo rango –un sargento de la reserva de paracaidistas, un teniente que desertó hace tres meses y un miembro de la milicia– y otros cinco son civiles. “Pero nos encontraron como un so-
lo puño, un solo roble, unidos por la patria, nos encontraron así, y la canalla nuevamente fue derrotada, recuerden que la patria quiere estar en paz, recuerden que el FANB es la patria también”, celebró Chourio.
La oposición, a quien el chavismo culpa del ataque, observó con recelo los hechos de la mañana en Valencia. “Queremos saber la verdad, que no nos vengan con cuentos chinos, que no nos vengan con una cacería de brujas, que no nos vengan a culpar a quienes queremos simplemente en Venezuela la vigencia de la democracia”, declaró el presidente del Parlamento, Julio Borges, en un foro en defensa de la actual Constitución. El excandidato opositor Henrique Capriles recordó que ellos no tomarán las armas para combatir el régimen de Maduro.
A lo largo de la mañana cientos de vecinos del Fuerte Paramacay se manifestaron y montaron barricadas en apoyo a los militares sublevados y pidiendo a los transeúntes que se sumaran para apoyar a los “valientes” autores del alzamiento. Algunos de los manifestantes encapuchados fueron dispersados con gases lacrimógenos, mientras el resto del país latinoamericano seguía calmado.
El ataque al cuartel tuvo lugar un día después de la primera sesión de la Asamblea Constituyente, cuya legitimidad no reconocen numerosos países. Ante lo sucedido, esta Asamblea suspendió su segunda jornada de trabajo, donde se esperaba que fuera instalada la llamada Comisión de la Verdad para establecer responsabilidades por la violencia en las manifestaciones antigubernamentales, que desde abril se han cobrado unos 120 muertos, la mayoría a manos de las fuerzas chavistas.
El sábado, la primera medida adoptada por los 565 miembros de la recién formada Constituyente fue fulminar a la hasta ahora fiscal general, Luisa Ortega. En un principio era leal a las ideas chavistas, pero en los últimos tiempos se había convertido en el principal altavoz contra Maduro, a quien acusaba de cometer abusos contra los derechos humanos. Ortega –reemplazada por el fiel oficialista Tareek Saab, hasta ahora Defensor del Pueblo– anunció ayer que desoye la resolución de la Asamblea y que seguirá siendo la fiscal general de Venezuela, porque su destitución fue ordenada por un órgano “ilegítimo”.
“Atendiendo a la orden que dio el Ejecutivo procedieron a remover de manera ilegítima a la fiscal general, (pero) yo desconozco esa remoción, sigo siendo la fiscal general de este país”, dijo Ortega a los periodistas en el mismo acto opositor de Borges, donde no estaba prevista su participación.