Una marcha fascista en Virginia deja un muerto y varios heridos
Un conductor atropella a un grupo de asistentes a una marcha contra el supremacismo en Charlottesville La Casa Blanca condena la violencia “de ambas partes” y llama a la calma y la unidad
La protesta de los supremacistas blancos en Charlottesville (Virginia) acabó al estilo de los extremistas a los que ellos odian.
Un coche arremetió contra los reunidos en la contramarcha progresista. Las imágenes grabadas dejan poco margen para pensar en un accidente. El conductor fue detenido después de hacer una marcha atrás temeraria y huir abandonando el vehículo. Dejó al menos un muerto y 35 heridos.
Se dio otro circunstancia para la consternación. La protagonizó el presidente Donald Trump. En su alocución al país, condenó “en los términos lo más duros posibles la intolerancia y la violencia, pero de muchos lados”, y aprovechó para colgarse medallas por sus presuntos logros económicos.
A diferencia de las críticas a los supuestos crímenes de los hispanos indocumentados o de los negros, o de los islamistas, habituales en su lenguaje, Trump evitó citar a los grupos ultras o al Ku Klux Klan, que son los que están detrás de esta historia. Eso sí, aseguró: “Amo a toda la gente de este país”. No atendió a preguntas.
Así fue el remate a una jornada en la que Estados Unidos quedó retratado. Hubo voces que establecieron una línea directa entre el Berlín de los años treinta, el de las antorchas y los cristales rotos, y EE.UU. en el 2017, bajo el Gobierno de Trump, donde los nacionalistas blancos se sienten a sus anchas. El asunto arrancó el viernes con la escenografía nazi y se disparó la mañana del sábado.
Los grupos de la ultraderecha y racistas, entre ellos el KKK, convocaron una manifestación en Charlottesville. El activista ultra Jason Kessler llamó a la movilización de los “pro blancos” bajo el lema Unite the right. El motivo era protestar contra la retirada de la estatua del general confederado Robert Lee. Colectivos progresistas y congregaciones organizaron una réplica. La confrontación resultó inevitable, y más con la pasividad inicial de la policía. Las imágenes de peleas, lanzamiento de objetos, de tipos que atacaban con botes de gas, caos, heridos o el alarde de pistolas intimidatorias se sucedieron. Virginia es un estado que permite exhibir armas.
La situación alcanzó tal nivel de violencia que el gobernador Terry McAuliffe decretó el estado de emergencia. Esto supuso el fin de la marcha, ya que entonces pasaba a ser ilegal, y la evacuación del parque en el que se habían convocado los fascistas.
“Este es un día horrible para el
Trump critica la intolerancia “de muchos lados”, pero no condena la violencia supremacista
país y vendrán más con el actual Gobierno y su legitimidad al lenguaje racista”, afirmó ante las cámaras Tracy Blackman, miembro de una diócesis que participó en la contramarcha.
Según declaró un testigo a la NBC, que vio volar a dos personas por el arrebato del coche, “esto es un atentado terrorista, como el de Niza, y lo han cometido los nacionalistas blancos”.
Las palabras de Trump provocaron que muchos le recordaran que en su Casa Blanca cuenta con varios de esos supremacistas confesos. David Duke, líder del Klan, le dijo en un tuit: “No olvides que eres presidente por los blancos”.