“No es turismofobia, es cabreo”
Vecinos y oposición piden mayor rotundidad al gobierno municipal para hacer cumplir las normas
Los vecinos de la Barceloneta ocuparon ayer la playa a cañonazos, simbólicos, de petardos, pero por un rato fueron tan ruidosos como los turistas noctámbulos que no les dejan dormir. Unos 200 vecinos sacaron sus pancartas para recordar los tres años que llevan pidiendo que no se permitan más pisos turísticos (y menos, ilegales), que se frene la especulación con sus casas, que no se “privatice” el espacio público como la playa, que se controle a los visitantes incívicos...
Sebas Huguet y Esther Jorquera, portavoces de la Plataforma en Defensa de la Barceloneta, juzgaron “insuficientes” las medidas adoptadas hasta ahora. “Estamos peor que hace tres años, este es uno de los peores veranos en la historia del barrio”, dijo Jorquera, quien añadió que “la ciudad da la imagen de que aquí se puede hacer cualquier cosa”.
Los líderes vecinales aprecian “la voluntad” de la concejal de Ciutat Vella, Gala Pin, y de todo el gobierno de Ada Colau y aplauden medidas municipales como el plan especial de alojamientos turísticos o la nueva normativa para limitar la circulación de segways y otros vehículos que usan los turistas. Pero Huguet pidió al gobierno municipal que sea “más efectivo, que haga cumplir las normativas”. Los vecinos tienen la sensación de que siempre van por detrás de los problemas, que “se multiplican”.
Al incivismo de muchos turistas, se suma la creciente presión de los pisos turísticos, que han duplicado los alquileres. “Tras tres años de lucha, calculamos que aún hay 600 pisos turísticos ilegales y aparecen de nuevos”, afirma Huguet. Por ello, las entidades vecinales exigen medidas
PDECat, C’s, ERC y PP dicen que pese a llegar al poder prometiendo soluciones, la gestión de Colau no es eficaz
“más contundentes”, que se acelere el cierre de pisos ilegales, que se impongan elevadas multas a los dueños y que se dediquen esos pisos (calculan que ahora hay 300 vacíos) a vivienda social.
Huguet reprochó a la Generalitat y hasta al Gobierno español que “no hagan nada” por cambiar un modelo turístico problemático. “Al contrario, durante décadas se ha dado barra libre a intereses privados”, dijo. Citó las hamacas y chiringuitos en las playas o que la Generalitat plantee regular el alquiler de habitaciones turísticas, que cree que empeorará la situación.
“Y ahora hablan de turismofobia, pero nosotros no vamos contra el turismo, sólo queremos que no moleste”, añadió Jorquera. “Lo nuestro no es turismofobia es cabreo y plantarnos contra la especulación”, agregó Huguet, quien, igualmente, marcó distancias con las recientes acciones contra el turismo de Arran.
Mucho más críticos con el gobierno municipal son los dirigentes de los grupos de la oposición en el Ayuntamiento, que sí culpan al equipo de Colau de que los problemas en la Barceloneta “vayan
Los vecinos exigen que se acelere el cierre de pisos ilegales y que se impongan multas a los dueños
a peor”. “La gestión de Colau se merece un rotundo suspenso”, declara Sònia Recasens, portavoz del PDeCat. Defiende que el gobierno de Trias “tenía más controlado el problema de la vivienda y del incivismo”. “En estos años, el gobierno de Colau ha bajado la guardia y se han multiplicado los problemas; no ha cumplido lo que prometió a los vecinos”, agrega. “No solo no se han resuelto los problemas que hicieron que Colau y Pin se pusieran tras la pancarta vecinal, lo que les ayudó a auparse al poder, sino que se han agravado; la gente duerme en la playa y los pisos turísticos ilegales son un problema en toda Barcelona”, coincide Alberto Fernández, del PP. “Ha habido mucha gesticulación y frivolidad por parte de Colau y Pin y poca eficacia”, sentencia.
Para Alfred Bosch, de ERC, “Colau ha actuado con cierto sectarismo contra el turismo, cuando lo que hay que hacer es actuar contra los pisos turísticos ilegales, los negocios sin permiso, eso es lo que genera cada vez más problemas”. Y Carina Mejías, de Ciutadans, afirma que “Colau es demasiado tolerante; prometió mucho pero somos noticia internacional por una mala gestión del turismo”. Problemas como los pisos turísticos ilegales o el incivismo, dice, “podrían resolverse con más inspecciones y más agentes policiales en la calle”.