La Vanguardia (1ª edición)

La película que nunca duerme

El hotel Beverly Wilshire está repleto de turistas curiosos fotografia­ndo el vestíbulo donde se rodó ‘Pretty woman’

- JORDI BASTÉ

No recuerdo la primera vez que estuve en Los Ángeles. Debería ser a principios de los 90. Sí que recuerdo que era la época de los anuncios de preestreno en los cines norteameri­canos de Jurassic Park. La Brea Avenue, Sunset Boulevard, Orange Drive o Hollywood Boulevard estaban embadurnad­os por anuncios del estreno de la película de los dinosaurio­s de Spielberg. El cine y sus carteles copaban las principale­s calles de la capital de California. “Cine, cine, cine, más cine por favor porque la vida es cine y los sueños, cine son”, escribió Aute. Era cine. Las distribuid­oras empapelaba­n Los Ángeles de carteles promociona­les. Veinticinc­o años después .... se acabó. Los únicos carteles que he visto de películas es The Dark Tower, con Matthew McConaughe­y y Idris Elba, y la nueva de la directora Kathryn Bigelow, Detroit. El resto, series, series y más series. No se acabó el cine (eso jamás) pero ha quedado camuflado y en algunos casos sepultado por Ozark de Netflix con Laura Linney y Jason Bateman; Better call Saul en AMC; Escape the night de Youtube; The sinner, con Jessica Biel en USA Networ; Ray Donovan también en Netflix, o incluso una serie/reportaje para la CNN que se llama The nineties, que es una delicia informativ­a. Son los reyes de los carteles. Las series.

Pienso en esto cuando voy pasando la principale­s avenidas de Hollywood para dirigirme hacia Rodeo Drive donde se rodó una película que conserva año tras año el exitazo de su estreno: Pretty woman. Cada vez que recuerdo el film aparece Sergi Pàmies en mis pensamient­os. No porque Sergi no pueda superar los registros artísticos de Richard Gere, sino porque cada vez que un canal generalist­a en España emite la película miramos si es líder y con cuantos espectador­es. Y, efectivame­nte, siempre, siempre, siempre es líder. Es la película que nunca duerme. Que siempre está.

Rodeo Drive es una estupidez de calle. Todo son marcas y la gente (especialme­nte turistas) pasean con la cámara a cuestas, no para comprar, sino a la búsqueda y captura del famoso. De todas maneras, como un día me contó Antonio Banderas, los actores y actrices en Los Ángeles no compran aquí. Es decir Rodeo Drive vive del glamour, de Pretty woman y de los qataríes que han multiplica­do estos últimos años el turismo en Los Ángeles, según me cuenta una de las camareras del hotel Beverly Wilshire donde me apresto a tomar un café. No puedo dormir aquí porque está lleno. Y claro, por el precio. He preguntado por chafarderí­a: 800 dólares la noche (casi 700 euros), tasas aparte. Ya pueden carameliza­rse la habitación.

Entras en el hotel con pies de plomo a ver si te dejan filmar. Haces el ridículo.Está lleno de guiris. Una plaga. Es como visitar la Sagrada Família. Hay decenas de turistas que entran en el Beverly Wilshire a ver si, por casualidad, bajan de la habitación, duchados y estupendos ambos, Richard Gere y Julia Roberts. En la recepción del hotel (donde despachaba el inolvidabl­e Héctor Elizondo) hay más foráneos que residentes. Para disimular me voy al bar, me siento en la barra y me pido un café. Anything else?, me pregunta. Ni pensarlo. Me temo lo peor. Mientras rastreo el lugar para encontrar recovecos de Pretty woman, la chica me trae la cuenta. Estoy por decirle a la camarera la misma frase que Richard Gere le suelta al encargado de la tienda donde Julia Robert entra a comprar ropa: “hágame la pelota porque me voy a gastar una cantidad indecente de dinero (por el café)”. Son 9,83 dólares. Sin la obligada propina. La broma se dispara a los 12 dólares (más de 10 euros). Salgo del hotel al trote cochinero (como decía José Maria García del árbitro Pes Pérez) y me dirijo a otro hotel. Es donde se rueda la escena final, cuando Edward (Gere) va a buscar a la amada Vivian (Julia Roberts) con un ramo de flores y sube por la escalinata del cielo abierto del hotel. El hotel se llama Las Palmas, está tocando a Hollywood Boulevard y no tiene ninguna pretencios­idad, ni juega a ser (sin decirlo) el hotel oficial de Pretty woman. Conserva aún el cartel de carretera que se ve en la película pero evitan el romanticis­mo. Revisando el film te das cuenta del éxito: naturalida­d y simplicida­d. No soy crítico de cine, soy espectador de cine. Y la película me regala kilos de buen rollo. Entiendo cuando Pàmies suelta un “claro” cada vez que viendo las audiencias de la película en televisión vuelve a ser líder. Incluso no entendiend­o esta barbaridad de youtube que me lleva a recordar lo que le pasó a Jota Bayona con El orfanato. Se la encontró en esta plataforma con más de un millón de visionados gratis et amore. Pretty woman se puede ver también sin pago: suma más de un millón y medio de clics. Segurament­e por cosas como ésta (entre otras como la calidad), años después, la series devoran al cine incluso en Hollywood.

 ?? . ?? RODEO DRIVE (LA) El hotel Beverly Wilshire no tiene nada que mencione a Pretty Woman. Pero es indudable que ahí se rodó el film
. RODEO DRIVE (LA) El hotel Beverly Wilshire no tiene nada que mencione a Pretty Woman. Pero es indudable que ahí se rodó el film
 ??  ?? PRETTY WOMAN Director: Garry Marshall Intérprete­s: Julia Roberts, Richard Gere, Hector Elizondo, Laura San Giacomo País: USA (1990)
PRETTY WOMAN Director: Garry Marshall Intérprete­s: Julia Roberts, Richard Gere, Hector Elizondo, Laura San Giacomo País: USA (1990)
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