La Vanguardia (1ª edición)

Para despejar muchas dudas

Los blaugrana recuperan sensacione­s en un partido con reivindica­ciones políticas

- ALFRED BELLOSTAS Barcelona

Nunca se había disputado un partido así en el Palau Blaugrana. En escrupulos­o silencio en los primeros cinco minutos, cuando podía oírse perfectame­nte el roce de las zapatillas en el parquet como sucedía en la década de los noventa del pasado siglo en el Palau Sant Jordi, adonde el club azulgrana se trasladó en busca de un pabellón con más capacidad. El experiment­o no funcionó y el equipo catalán sigue en su histórico recinto, que ayer protestó de forma enérgica por el encarcelam­iento de los consellers del Govern de la Generalita­t. Hasta los aficionado­s griegos respetaron la situación, a pesar de que fue el Olympiacos el que dominó en un primer cuarto con muchos fallos en ambas partes y un marcador muy bajo (14-14).

El Barcelona Lassa necesitaba la victoria después de las cinco derrotas y, esta vez sí, peleó por ella desde el inicio, sin descanso. Cuando el acierto no llegaba, seguía la lucha, encarnada en la rabia con la que Seraphin –notable en el primer tiempo con 9 puntos– celebraba sus canastas. Fue precisamen­te el pívot francés el que logró los dos primeros puntos locales cuando el rival se había distanciad­o con el 0-6 inicial. Dos triples de Koponen impidieron que el conjunto griego ampliara su renta más allá del 7-12 y el cuádruple cambio por el que apostó Sito Alonso con la entrada de Pressey, Sanders, Moerman y Tomic aportó el carácter necesario para darle la vuelta al marcador en los peores minutos de los visitantes, que solamente lograron 4 puntos en 5m38s. El alero estadounid­ense, que debutaba en la competició­n al igual que Claver –ambos ya recuperado­s de las lesiones–, dio al Barça la primera ventaja (16-14) en el inicio del segundo cuarto, una ventaja que se amplió hasta el 23-16 con otra canasta suya. Antes, Navarro había logrado un triple marca de la casa y el público, ya centrado exclusivam­ente en el partido, disfrutaba de lo lindo en la mejor fase de los catalanes y un 2+1 de Seraphin cerró el primer tiempo (32-26).

A pesar de que el Barça no comenzó bien el tercer cuarto, ayer no hubo ningún apagón general como había sucedido en los compromiso­s más recientes. El balance entre balones recuperado­s y perdidos era positivo (10-9) en el minuto 30 (14-11 al final), lo que explicaba muy bien quién desea10-0

El Barça, que dejó a su rival en 51 puntos, volvió a ofrecer una imagen muy esperanzad­ora Los jugadores de Sito Alonso recuperaro­n más balones (14) de los que perdieron (11)

ba más la victoria. Había actitud y mentalidad, la agresivida­d desapareci­da de forma inexplicab­le.

Por eso no hubo nervios tras el empate a 32, que desapareci­ó gracias a dos triples de Moerman y otro de Pressey –excelente en su defensa durante todo el encuentro– para cerrar un parcial de que provocó entusiasmo en las gradas. Todos aportaron algo en un partido que tenía una gran importanci­a para el futuro inmediato del equipo barcelonis­ta.

La diferencia no dejó de aumentar después del 45-41, en parte porque el Olympiacos se quedó ayer con toda la irregulari­dad que había mostrado antes el Barcelona. Los griegos eran el último conjunto invicto de la Euroliga y un Oriola muy activo en la segunda parte (11 puntos) se encargó de apuntillar­los. Era lo que necesitaba el Barça: enterrar el pasado reciente y mostrar de nuevo cuáles son sus virtudes, la defensa (51 puntos del rival), el carácter y un juego muy veloz que deleitó en algunas fases a los espectador­es que fueron al Palau Blaugrana.

Los gritos de “llibertat, llibertat”, que tanto se habían oído en el primer cuarto, despidiero­n a los jugadores, muy ovacionado­s, al concluir un encuentro que ha de ser un punto de inflexión.

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ÀLEX GARCIA Pressey, espléndido anoche, intenta superar a Mantzaris

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