Para despejar muchas dudas
Los blaugrana recuperan sensaciones en un partido con reivindicaciones políticas
Nunca se había disputado un partido así en el Palau Blaugrana. En escrupuloso silencio en los primeros cinco minutos, cuando podía oírse perfectamente el roce de las zapatillas en el parquet como sucedía en la década de los noventa del pasado siglo en el Palau Sant Jordi, adonde el club azulgrana se trasladó en busca de un pabellón con más capacidad. El experimento no funcionó y el equipo catalán sigue en su histórico recinto, que ayer protestó de forma enérgica por el encarcelamiento de los consellers del Govern de la Generalitat. Hasta los aficionados griegos respetaron la situación, a pesar de que fue el Olympiacos el que dominó en un primer cuarto con muchos fallos en ambas partes y un marcador muy bajo (14-14).
El Barcelona Lassa necesitaba la victoria después de las cinco derrotas y, esta vez sí, peleó por ella desde el inicio, sin descanso. Cuando el acierto no llegaba, seguía la lucha, encarnada en la rabia con la que Seraphin –notable en el primer tiempo con 9 puntos– celebraba sus canastas. Fue precisamente el pívot francés el que logró los dos primeros puntos locales cuando el rival se había distanciado con el 0-6 inicial. Dos triples de Koponen impidieron que el conjunto griego ampliara su renta más allá del 7-12 y el cuádruple cambio por el que apostó Sito Alonso con la entrada de Pressey, Sanders, Moerman y Tomic aportó el carácter necesario para darle la vuelta al marcador en los peores minutos de los visitantes, que solamente lograron 4 puntos en 5m38s. El alero estadounidense, que debutaba en la competición al igual que Claver –ambos ya recuperados de las lesiones–, dio al Barça la primera ventaja (16-14) en el inicio del segundo cuarto, una ventaja que se amplió hasta el 23-16 con otra canasta suya. Antes, Navarro había logrado un triple marca de la casa y el público, ya centrado exclusivamente en el partido, disfrutaba de lo lindo en la mejor fase de los catalanes y un 2+1 de Seraphin cerró el primer tiempo (32-26).
A pesar de que el Barça no comenzó bien el tercer cuarto, ayer no hubo ningún apagón general como había sucedido en los compromisos más recientes. El balance entre balones recuperados y perdidos era positivo (10-9) en el minuto 30 (14-11 al final), lo que explicaba muy bien quién desea10-0
El Barça, que dejó a su rival en 51 puntos, volvió a ofrecer una imagen muy esperanzadora Los jugadores de Sito Alonso recuperaron más balones (14) de los que perdieron (11)
ba más la victoria. Había actitud y mentalidad, la agresividad desaparecida de forma inexplicable.
Por eso no hubo nervios tras el empate a 32, que desapareció gracias a dos triples de Moerman y otro de Pressey –excelente en su defensa durante todo el encuentro– para cerrar un parcial de que provocó entusiasmo en las gradas. Todos aportaron algo en un partido que tenía una gran importancia para el futuro inmediato del equipo barcelonista.
La diferencia no dejó de aumentar después del 45-41, en parte porque el Olympiacos se quedó ayer con toda la irregularidad que había mostrado antes el Barcelona. Los griegos eran el último conjunto invicto de la Euroliga y un Oriola muy activo en la segunda parte (11 puntos) se encargó de apuntillarlos. Era lo que necesitaba el Barça: enterrar el pasado reciente y mostrar de nuevo cuáles son sus virtudes, la defensa (51 puntos del rival), el carácter y un juego muy veloz que deleitó en algunas fases a los espectadores que fueron al Palau Blaugrana.
Los gritos de “llibertat, llibertat”, que tanto se habían oído en el primer cuarto, despidieron a los jugadores, muy ovacionados, al concluir un encuentro que ha de ser un punto de inflexión.