Pionera de Eurovisión
Practica sus ejercicios de gimnasia, aún conduce, sale con los amigos y vive alejada de la profesión
Conchita Bautista creció con la copla, escuchando a Concha Piquer y Juanita Reina, pero cuando triunfó en los escenarios acercó el género tradicional a la música pop. “Entonces me definí como cantante española moderna y rítmica”, recuerda a este diario. Fue la primera representante española en el Festival de Eurovisión. Acaba de cumplir 81 años y está contrariada porque le han cerrado los dos últimos gimnasios a los que iba. “Espero que el que tengo cerca de casa lo reabran pronto, aunque yo sigo en casa con mis ejercicios”. Sigue conduciendo, le gusta salir con los amigos y vive alejada de su profesión.
María Concepción Bautista Fernández nació en Sevilla en 1936. “Somos cuatro hermanas y un hermano que murió el año pasado”. El padre era agente comercial y la madre ama de casa. Fue una niña revoltosa que tiraba las cosas por el balcón, aunque también le gustaba mucho leer. “Me escondía en el lavabo porque mi madre me perseguía con la zapatilla, decía que leía demasiado”. A los siete años debutó cantando en una caseta de la Feria de Alicante. Estudió en la escuela francesa de Sevilla, era aplicada, y siguió durante cuatro años los estudios de Comercio.
Al salir del colegio corría hacia casa de una tía que tenía una tienda y un bar. “Era mi madrina, me pagaba las clases de baile en una academia y fue en su bar donde un señor relacionado con el mundo artístico me propuso actuar en las galas juveniles”. Se trataba de unas sesiones matinales que se celebraban en el teatro Álvarez Quintero. Tenía unos quince años. Allí se hacían funciones de fin de curso en las que Bautista interpretaba papeles de princesa o de hada. La vio otro representante y pronto le ofreció una gira por toda España con Pepe Pinto. También fue de gira con Torrebruno y José Guardiola.
La cantante se acuerda de Adelita, su profesora de canto, y siente agradecimiento hacia músicos como Felipe Campuzano y Juan Pardo que le compusieron muchas canciones. En 1961 se celebró en Cannes la primera Eurovisión en la que intervino España, aunque el festival había arrancado en 1956. Fue escogida por TVE, después de un concurso que convocó RNE. Cantó Estando contigo, del maestro Augusto Algueró, director también de la orquesta. Quedó en novena posición. Pocos años después, en 1965, volvió a Eurovisión pero esta vez ocupó el último lugar de la clasificación.
La artista había empezado a grabar en 1952, a sus dieciséis años. Primero, tan sólo coplas, pasodobles, bulerías, zambras… El giro estilístico le permitió llegar a un público más amplio. Empezó entonces sus giras por Latinoamérica. “Desde 1961 iba todos los años a un programa de televisión que se hacía en Caracas”. Actuó también en Argentina, Perú, Cuba, Ecuador, Panamá… En 1975 abrió un paréntesis en su vida artística. Bautista fue madre soltera, una situación nada cómoda en la España de aquel momento, y justo este año murió su hija de un tumor cerebral.
La intérprete desarrolló cierta carrera cinematográfica. “He participado en trece películas, me ha dirigido Juan Antonio Bardem, actué con Peret en A mi las mujeres ni fu ni
fa”. Esta mujer macerada en la pócima del repertorio folklórico, que fue evolucionando hacia la música yeyé, sigue estando al día. “Estoy loca con el ordenador y el iPad, hasta el punto de que mis hermanas cuando tienen problemas me consultan cómo resolverlos”.
Los años le han atemperado el fuerte carácter pasional que exhibe como buen escorpio. “Quiero mucho a la gente, todos conectan bien conmigo; respeto a mi familia, a los amigos; no soy ambiciosa, pero soy inquieta y me gusta averiguar cosas; disfruto especialmente en dar, regalar lo que tengo, aunque no soy millonaria. Soy muy creyente y practicante. Reconozco que a veces tengo un pronto muy fuerte pero nunca he puesto reparos a pedir perdón”.
Ya lo decía su canción: “Estando contigo, contigo, me siento feliz”.