No fue casualidad
Los gerundenses encadenan tres victorias consecutivas y se alejan del descenso
La victoria del Girona ayer en casa del Levante, que le permite dormir noveno en la clasificación, demostró que el épico triunfo sobre el Real Madrid de la jornada anterior no se debió únicamente a un posible bache de los blancos, sino que detrás hay un equipo con un juego sólido y la ambición de permanecer en primera.
En Girona, todo el mundo hubiera firmado ganar al Levante en la Liga antes que hacerlo en la eliminatoria de Copa del Rey, en la cual los dos equipos se enfrentan por un lugar en los octavos de final. El partido jugado ayer en el Ciutat de València no tuvo nada que ver con lo que se vio en Montilivi ahora hace diez días, –cuando los visitantes se impusieron por 0 a 2–, y el Girona consiguió ampliar su buena racha en la Liga batiendo por 1-2 a un Levante que se vio claramente superado por el conjunto gerundense.
En este segundo asalto, los dos entrenadores alinearon su once más clásico, abandonando las rotaciones que hicieron en la ida de la competición del KO. Tanto Pablo Machín como Juan Ramon López Múñiz apostaron, tal y como están haciendo hasta ahora, por el bloque que les dio el éxito del ascenso la temporada pasada y, en el caso de los gerundenses, repitiendo exactamente el mismo equipo que dio la campanada contra el Madrid en la jornada anterior.
Con esta confianza y ante un rival que ya acumulaba 5 jornadas sin ganar, el Girona salió con más impulso que el Levante y estuvo a punto de adelantarse en el minuto 7 cuando Stuani no pudo rematar de forma ortodoxa un gran centro de Granell. Sólo cuatro minutos más tarde, el mismo centrocampista gerundense, que atraviesa un momento muy dulce, chutó rozando la escuadra una falta directa que Portu había forzado después de una gran jugada personal. El futbolista murciano, artífice también de esta buena racha con dos goles en los últimos dos partidos, llevó tan de cráneo a la defensa local que, antes del cuarto de hora, el árbitro del partido, Munuera Montero, ya le había perdonado la expulsión al local Chema por dos faltas muy similares sobre el mismo Portu y por las cuales sólo vio una tarjeta amarilla.
Con el paso de los minutos, el Levante empezó a estirarse gracias a las conducciones de Morales y a alguna tímida aproximación de Bhardi que no causaron muchos problemas sobre la portería defendida, un día más, por Bono. Antes del descanso, Granell encontró posición de chut e hizo lucir el portero Raúl Fernández después de deshacerse del defensor con un gran reverso en la frontal del área.
Viendo que las cosas no acababan de funcionar a pesar del empate, Muñiz movió el banquillo enseguida y dio entrada a Ivi por Jason, cambiando ligeramente las sensaciones negativas que había dado su equipo en la primera mitad. Morales, volviendo de vestuarios, tuvo la ocasión más clara del Levante con un duro chut cruzado que Bono desvió con la punta de los dedos. Este dominio local, sin embargo, duró muy poco ya que en el minuto 57 Borja García, haciendo gala de su fuerte cacao, se estrenó como goleador en Primera con un potente chut desde fuera el área que se coló por la escuadra. A pesar del gol, Machín sustituyó al jugador madrileño al cabo de diez minutos por David Timor, en la búsqueda de más subida y más músculo defensivo en el medio del campo.
Jugando contra el reloj, los valencianos fueron ganándole metros al Girona y reclamaron penalti por unas manos inexistentes de Bernardo dentro del área. La entrada de Boateng por Bardhi también dio aire fresco a los locales que, a pesar de eso, no dispusieron de ocasiones muy claras para conseguir el empate. En cambio, Stuani completó un contragolpe de libro conducido por Portu y Pere Pons para acabar marcando el gol de la sentencia en el minuto 83. Antes del silbido final todavía hubo tiempo para que el Levante recortara distancias en la última jugada del partido mediante un remate de Ünal, que puso el 1-2 definitivo.
Con esta victoria el Girona suma un total de 15 puntos en 11 jornadas y se sitúa como mejor debutante de la Liga desde 1994, más cerca de las plazas europeas que no de las de descenso.