Puigdemont abre la campaña con ataques a España y la UE
OeEl president cesado acusa al Ejecutivo oePregunta a los líderes europeos Juncker de “fascista” y de dar un “golpe de Estado” y Tajani si aceptarán el resultado del 21-D
Apoyo municipal. Unos 200 alcaldes, pertrechados con sus varas de mando, acudieron ayer en vuelo chárter hasta Bruselas para dar su apoyo a Carles Puigdemont y a los cuatro consellers cesados.
Dispuesto a llevar hasta el final su propósito de internacionalizar el conflicto político catalán, Carles Puigdemont dio ayer en Bruselas el pistoletazo de salida a su particular campaña de las elecciones catalanas del próximo 21 de diciembre con un agresivo discurso en el que cargó contra España, al que tildó en varias ocasiones de “Estado fascista”, y contra la Unión Europea.
“¿Van a continuar ayudando a Rajoy en este golpe de Estado?”, inquirió el expresident a las instituciones comunitarias ante un auditorio entregado formado por 200 alcaldes independentistas llegados desde Catalunya en avión para dar apoyo moral al expresident y los cuatro exconsellers que huyeron a Bélgica hace una semana para esquivar la acción de la Justicia española o, como mínimo, dilatar al máximo los procesos judiciales.
“En España no se puede vivir. Queremos construir un país nuevo en el que no tengamos miedo a hablar”, proclamó Puigdemont, que como sus exconsellers pareció encontrar confort en las caras conocidas llegadas desde Catalunya para aliviar su aislamiento. Aunque la sala estaba llena fundamentalmente de regidores catalanes, la mayor parte de los discursos de los exmiembros del Govern y de los regidores se pronunciaron en inglés, francés y alemán. Se trataba no sólo de levantar la moral interna en Catalunya ante las precarias condiciones de los líderes del proceso independentistas llegan al 21-D sino de apelar a la opinión pública europea. Todas las intervenciones estaban plagadas de referencias al fascismo, el franquismo, la violencia, los “presos políticos” y la represión del Estado contra Catalunya, conceptos que se ha comprobado que mueven a la prensa internacional.
“El fascismo español, ayudado por el nazismo, fusiló a Lluís Companys. No lo vamos a olvidar”, afirmó Puigdemont, ligando aquel régimen con el actual poder ejecutivo español. “Hoy, en el 2017, ese fascismo, con impunidad total, participa en las manifestaciones convocadas por el partido del Gobierno de España. Esto es lo que hay ahora en España, esto es lo que hay ahora en el clan del 155”, aseguró el expresident, que minutos antes había agradecido la presencia de eurodiputados flamencos de la N-VA, un partido donde militan simpatizantes con el colaboracionismo nazi.
La organización mantuvo hasta el final el suspense sobre si los miembros destituidos del Govern acudirían al acto, celebrado en un salón del Bozar, un centro cultural y artístico en el centro de Bruselas (casualmente, el mismo espacio en que la embajada de España en Bélgica celebró hace poco el día de la Hispanidad) pero al llegar había cinco sillas reservadas con carteles de VIP. Puigdemont fue recibido al grito de “¡president, president!” por los alcaldes que, vara en mano, estallaron en aplausos y vítores cuando el eurodiputado Josep Maria Terricabras (ERC) dio la bienvenida al “molt honorable president” y los “molt honorables consellers”.
España no fue el único objeto de los duros ataques de Puigdemont y los alcaldes soberanistas, muy beligerantes también en sus discursos. Europa y las instituciones comunitarias, a las que paradójicamente se pide auxilio, recibieron reproches y críticas por no intervenir o, más bien, por no respaldar al “movimiento democrático catalán” y alinearse con España. ¿Es esta la Europa que quieres, Tajani? ¿La que manda a un gobierno a la prisión?”, planteó Puigdemont.
“¿Juncker, Tajani, aceptarán ustedes los resultados de los catalanes el 21 de diciembre? Si los ciudadanos siguen apoyando al Gobierno, al Parlamento que quiere un estado independiente, ¿seguirán ayudando al señor Rajoy en su golpe de Estado y la restricción de libertad?”, preguntó. Sólo algunos eurodiputados nacionalistas españoles y europeos como N-VA, Sinn Fein o la Liga Norte, así como miembros del partido xenófobo flamenco Vlaams Belang, acudieron a la cita, que congregó a alrededor de 400 personas
“El fascismo español, ayudado por el nazismo, fusiló a Lluís Companys; no lo vamos a olvidar”
entre políticos, organizadores y prensa española e internacional. También el liberal esloveno Ivo Vajgl, y Bruno Gollnisch, del Frente Nacional, condenado en el pasado por antisemitismo, se sumaron a los gritos de “Libertad, libertad” por los líderes independentistas en prisión preventiva en España.
El conflicto político en Catalunya se impuso ayer en la agenda informativa de la capital comunitaria. Representantes de Empresaris de Catalunya visitaron el Parlamento Europeo para denunciar las consecuencias económicas del separatismo. “Por desgracia, no nos equivocamos”, afirmó su presidente, Josep Bou, recordando que se les tildó de agoreros cuando en el mismo foro advirtieron de la fuga de empresas que se avecinaba (primero la sede, luego directivos, cuadros de apoyo y al final proveedores).
“Por desgracia, durante un tiempo estuvimos silentes. Es un grave error que hoy pagamos con creces”, admitió, porque no hubo “contrarrelato” a la promesa del Govern de que la independencia no tendría “ni costes ni traumas”. Ahora “Catalunya ha llegado a una situación límite”, aseguró Bou, que insistió en explicar a la prensa internacional allí congregada que es “catalán de los pies a la cabeza”, tanto como quienes les niegan esa consideración. Los representantes de la asociación empresarial fueron arropados por eurodiputados del PP, el PSOE, Ciudadanos y UPYD.
A la misma hora, la prensa se había congregado en la glorieta de Schuman del barrio europeo para hacer una foto de grupo a 200 alcaldes llegados desde Catalunya en apoyo de Puigdemont y los exconsellers. Su llegada se demoró porque se vieron obligados a facturar conjuntamente sus 200 varas de mando y recuperarlas luego en el aeropuerto; en ese tiempo, un centenar de manifestantes antiindependentistas se congregó a pocos metros del lugar donde estos iban a posar, coreando “Viva España, Visca Catalunya”. La policía belga desplazó a decenas de efectivos.
La visita, organizada por la Associació de Municipis per la Independència y la Associació Catalana de Municipis y decidida apenas el pasado viernes, buscaba dar una nueva imagen al mundo con vocación icónica con la que demostrar que las “entidades más próximas al ciudadano” respaldan mayoritariamente el proceso independentista. “Queremos mostrar el rechazo a la violencia policial, judicial y política”, declaró Miquel Buch, presidente de la ACM y alcalde de Premià de Mar.
Los regidores llegaron en un vuelo chárter fletado para la ocasión –algunos fueron en coches– y se movieron en autocares por la capital comunitaria. “Cada uno ha pagado lo suyo”, aseguró Neus Llovera, alcaldesa de Vilanova i la Geltrú y presidenta de la AMI. “De su bolsillo”, enfatizó Buch, que acusó a la prensa de “errar en el tiro” por preguntar si habían utilizado fondos públicos para el viaje. Más confusas fueron las informaciones sobre quién pagó el alquiler de la sala del Bozar (el coste habitual está entre 7.000 y 10.000 euros). El presidente de la ACM aseguró que eran los eurodiputados de ERC y el PDECat quienes lo abonaban. Estos lo desmintieron tajantemente. Según fuentes de ERC en Bruselas, Buch se equivocó y sí son las asociaciones de municipios las que correrán con la factura. “Parece que el circo va a más”, se resignaron fuentes del Gobierno belga cuando supieron del acto y de los planes de la Assamblea Nacional Catalana de viajar a Bruselas con cientos de autobuses en diciembre.
Aunque en régimen de libertad vigilada mientras la Justicia belga examina la petición de entrega España, Puigdemont y los exconsellers no tienen ninguna restricción a la hora de desarrollar su actividad política desde Bruselas, una campaña en la que se propone desgastar al máximo la imagen internacional de España con el fin de forzar una intervención europea. Ayer por la mañana Catalunya Radio emitió una entrevista grabada la víspera con los cinco de Bruselas en la que el expresident avisó de que el proceso judicial abierto contra el Govern acabará ante las instancias judiciales europeas y España acabará “pasando vergüenza en los tribunales internacionales”. Puigdemont se mostró más impetuoso que en otras ocasiones y reconoció que su presencia en Bélgica tiene como objetivo una mayor repercusión en el exterior. La UE, dijo, ha mostrado “absoluta indiferencia” a pesar del “colosal despliegue” de la prensa internacional. Catalunya se encuentra ante “un Estado que ha enloquecido, que no tiene autocontrol ni límite”, aseguró.
“El circo va a más” comentan en el Gobierno belga ante las futuras movilizaciones “España acabará pasando vergüenza en los tribunales”, vaticina Puigdemont Los ediles catalanes viajaron en dos vuelos chárter pagados “de su bolsillo”