La Vanguardia (1ª edición)

Martina Hingis

EXTENISTA

- RAMÓN ÁLVAREZ Barcelona Fuera de pista.

Tras dos dolorosas retiradas de las pistas, acompañada­s de sendos e inesperado­s retornos, Martina Hingis (37) ha dejado definitiva­mente el tenis como merecía: en lo más alto y con el reconocimi­ento de compañeros y aficionado­s.

Hija de dos apasionado­s –y en buena medida profesiona­les– del tenis que no dudaron en darle por nombre el mismo de la gran Navrátilov­á, la vida de Martina Hingis estaba más que predestina­da a tener una estrecha relación con el mundo de la raqueta. Ella misma ha explicado mil veces cómo fueron sus inicios y estos días, cuando ha anunciado su tercera y –ahora sí– parece que definitiva retirada de las pistas, los ha vuelto a explicar otras tantas sin perder nunca esa sonrisa que siempre la ha acompañado. En las pistas y fuera de ellas.

A los dos años sus padres le regalaron su primera raqueta, de madera, y con ella empezó a entrenarse junto a su madre, instructor­a en un club de su ciudad natal, Kosice. El matrimonio se rompió y tanto ella como su progenitor­a se refugiaron en el tenis. Primero en la aún Checoslova­quia, donde con cuatro ya disputó su primer torneo; poco después, en Suiza, donde se consolidó como una joven promesa. A los 10 ganó por primera vez a su madre, y a partir de ahí todo se aceleró y el destino de Martina se convirtió en una sucesión de precocidad­es, a cuál más llamativa: a los 12 se convirtió en la tenista más joven en ganar un Grand Slam júnior y a los 14 disputó su primer partido como profesiona­l. Llegó a lo más alto del ranking con 16 años, 6 meses y 1 día. Un hito que ninguna otra tenista ha conseguido superar más de dos décadas después. Antes de cumplir 20 años ya había conseguido cinco títulos de Grand Slam: Australia (1997, 1998 y 1999), Wimbledon (1997) y Estados Unidos (1997).

Esa acelerada carrera pronto se vio acompañada por lesiones también precoces y una vida privada salpicada de noviazgos, escándalos y hasta drogas. En el 2001, con sólo 21 años, tuvo que pasar dos veces por el quirófano para operarse los castigados ligamentos de su tobillo derecho. Eso la llevó a decir adiós al tenis por primera vez a los 22. “He sido la número 1 y sé lo que se requiere para volver a serlo, así que mi regreso a la competició­n es inimaginab­le”, dijo entonces. Regresó tres años después, volvió a ganar títulos y se encaramó de nuevo al top-10. Pero un positivo por cocaína la llevó a volver a renunciar al tenis profesiona­l en el 2007. Ella siempre negó el consumo de esta sustancia, pero fue sancionada con dos años de suspensión.

Y, cuando ya nadie la esperaba, la tenista de la eterna sonrisa decidió volver a las pistas seis años después, tras su traumática separación del jinete francés Thibault Hutin. Mientras la prensa rosa aireaba las presuntas infidelida­des de Hingis y las agresiones que Hutin habría sufrido a manos de su ya exmujer y exsuegra, la prensa deportiva se sorprendía

Cogió la raqueta a los dos años, a los 14 entró en el circuito y a los 16 llegó a lo más alto del ranking “Han sido los años más enriqueced­ores de mi vida, pero no voy a añorar nada”

por el inesperado retorno de la leyenda, reconverti­da en una gran doblista que acabaría ganando 13 títulos en dobles y siete en dobles mixtos. Además de una plata olímpica en Río 2016 junto a Timea Bacsinszky. “Me encanta estar de nuevo en la pista, mantengo el mismo espíritu competitiv­o que cuando empecé de pequeñita” aseguró en su segundo retorno.

Casi cuatro años más tarde, y de nuevo en lo más alto del ranking, esta vez de dobles, Martina Hingis ha decidido volver a decir adiós. A sus 37 años, esta vez asegura que va en serio, que es definitivo. Lo anunció ya antes de disputar el Masters de Singapur, la final de la WTA, junto a la taiwanesa Chan Yung Jan. Se les escapó la victoria, aunque Hingis ya había conquistad­o el título en tres ocasiones, haciendo pareja con Sania Mirza y, en dos ocasiones, con Anna Kúrnikova. Y esta vez, la despedida no fue triste, sino por todo lo alto.

“El tenis siempre estará en mi interior, pero os aseguro que no voy echar de menos levantarme temprano cada día para ir a entrenarme”, aseguró la suiza en una despedida que se convirtió en un gran homenaje a su dilatada y accidentad­a carrera. Más de dos décadas vinculadas a un deporte de cuya historia forma parte destacada. Atrás queda un palmarés con 43 títulos individual­es, 64 de dobles y esa reciente medalla olímpica. Además de las 209 semanas en las que lideró el ranking individual y las 67 que fue número 1 en el de dobles.

Tras su homenaje, emotivo y merecido, Martina se despidió de la afición publicando una imagen en sus redes sociales en la que ella y Chan emprendían un viaje con más de una decena de maletas y bultos. Sobre su futuro ha ofrecido pocas pistas: “Ahora necesito alejarme un tiempo, pero luego tal vez pueda ayudar a mi madre con su academia, ya he ejercido de entrenador­a. Éstos han sido los años más enriqueced­ores de mi vida, pero no voy a añorar nada”.

Martina Hingis deja el tenis tras una trayectori­a tan larga y exitosa como controvert­ida

dentro y fuera de las pistas

 ??  ??
 ?? TWITTER ?? La suiza se ha despedido de sus seguidores con esta imagen a punto de emprender viaje junto a su ya excompañer­a de
dobles Chan
TWITTER La suiza se ha despedido de sus seguidores con esta imagen a punto de emprender viaje junto a su ya excompañer­a de dobles Chan

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain