Italia investiga la muerte de 26 migrantes nigerianas
Las víctimas, adolescentes, realizaban la travesía desde Libia
La Fiscalía de Salerno, en el sur de Italia, está investigando la muerte de 26 jóvenes inmigrantes nigerianas, de edades comprendidas entre los 14 y los 18 años, que viajaban en una lancha neumática desde Libia y que naufragaron la semana pasada en el canal de Sicilia. Las autopsias deben determinar si murieron ahogadas en el mar, por quemaduras al incendiarse el carburante o asfixiadas por la inhalación de gases del motor –como sucede en muchos casos–, o bien si pudieron ser víctimas de la violencia de los traficantes. Dos hombres sospechosos de serlo, un libio y un egipcio, están detenidos.
Los cadáveres de las jóvenes nigerianas llegaron el domingo a Salerno a bordo del buque Cantabria, de la Armada española, que participa en el dispositivo europeo, Eunavformed, de vigilancia y rescate en el Mediterráneo. El Cantabria trasladó también al puerto italiano a 375 supervivientes, entre ellos 90 mujeres –8 de ellas embarazadas– y 52 menores de edad, incluidos 21 niños de menos de nueve años y un bebé de apenas una semana. Quienes se salvaron procedían de Mali, Gambia, Angola, Congo, Senegal, Siria y Egipto.
El hecho de que perdieran la vida 26 chicas jóvenes suscitó sospechas que ahora la Fiscalía de Salerno pretende confirmar o disipar. La pregunta es si simplemente fue la fatalidad, el hecho de que viajaran en la lancha equivocada, o su ubicación en la embarcación, lo que provocó la muerte de las nigerianas, o hubo algo más. Cuando suceden estos naufragios, hay mucha confusión y es difícil aclarar los hechos. A veces los migrantes mueren aplastados o intoxicados por los gases del motor. Según algunos testimonios, se hundió también una lancha repleta de somalíes, cuyos cadáveres no fueron recuperados por el Cantabria.
A su llegada a Salerno, a través de una intérprete, una de las supervivientes relató que había sido violada en Libia. Los malos tratos –que en algunos casos pueden acabar en muerte– y las violaciones son muy frecuentes en la etapa libia del largo viaje que realizan los migrantes. Las llamadas connection houses, donde los traficantes retienen a los migrantes a la espera de que paguen el dinero –mediante la transferencia hecha por sus familias– o de que haya condiciones favorables para la travesía, son en realidad cárceles. En ellas son posibles todo tipo de abusos y vejaciones. Las mujeres jóvenes resultan aún más vulnerables. A priori, sin embargo, no parece muy verosímil que estos abusos puedan realizarse en alta mar, en embarcaciones repletas, y que terminen en la muerte de un número tan alto de mujeres. La fiscalía, en todo caso, está resuelta a aclararlo.
El incremento de las llegadas de migrantes desde Libia ha causado preocupación en Italia por el temor a que se haya reabierto la ruta desde el país norteafricano. Ello significaría que los acuerdos firmados por el ministro del Interior italiano, Marco Minniti, con los líderes tribales de la zona de donde parten las pateras, al oeste de Trípoli, no se están cumpliendo. De hecho, el frenazo del tráfico desde Libia empezó a ser compensado con un flujo vía Túnez, igual que ocurrió hace años.
Durante los últimos días, los buques de salvamento, como el Cantabria, han debido cubrir trayectos más largos para tocar puertos italianos. En lugar de dirigirse a Sicilia, han ido a Calabria o Campania. Debido a las elecciones regionales sicilianas del domingo pasado, el Gobierno de Roma quiso desviar el flujo de migrantes para que las imágenes de esta emergencia humanitaria no condicionaran el sentido del voto en la isla.
La Fiscalía de Salerno quiere saber si murieron ahogadas o por la violencia de los traficantes