La primera dama de Israel ejerce su papel, a pesar de su delicada salud
Nechama Rivlin ejerce su papel a pesar de necesitar un respirador por su fibrosis pulmonar
“Es la primera vez que un monarca se inclina ante una mujer que nació y creció en un moshav (comunidad agrícola israelí)”, comentaban ayer los medios de comunicación israelíes ante la imagen del Rey agachándose para besar la mano de la primera dama, Nechama Rivlin, al inicio del viaje de Estado del presidente de Israel. Su imagen, portando un concentrador de oxígeno que la ayuda a respirar, caminando del brazo de la reina Letizia, completa el álbum de fotos de la visita.
La esposa del presidente de Israel, Reuven Ruvi Rivlin, nació en 1945 en Herut, en el centro del país, y es hija de pioneros judíos llegados de Ucrania. Es la segunda esposa de Rivlin, con quien se casó en 1972 y con quien comparte tres hijos y varios nietos y una inquebrantable unión en lo personal y en lo público.
Nechama, nacida Shulman, desarrolló una prominente carrera profesional como bióloga especializada en biotecnología y zoología, y trabajó como investigadora en la prestigiosa Universidad Hebrea de Jerusalén en los departamentos de ecología y genética. Primera dama desde el 2014, Nechama destaca por su aspecto sencillo y amistoso, y por sus discretos vestidos, muy distintos al estilo fashion de algunas de las esposas de los jefes de Estado de los cinco continentes que acuden a Israel en los últimos años.
Pero hay un motivo más que llama la atención de todos los fotógrafos e interlocutores de Nechama Rivlin: en la mayor parte de sus actividades públicas porta, dentro de una bolsa, un respirador automático para facilitarle su lucha contra una fibrosis pulmonar que le fue diagnosticada en el 2007. Paralelamente a sus exhaustivos tratamientos médicos, ayudó a su marido a ganar las elecciones a la presidencia en el 2014 tras desarrollar un programa para ayudar al progreso profesional de las mujeres israelíes. Por otro lado, Nechama –que es exfumadora, aunque su dolencia es de carácter genético– dirige campañas para promover la pureza del aire para toda la población, con especial énfasis en los jóvenes. La mujer del presidente israelí acostumbra a decir que las primeras damas son en el plato presidencial algo similar al acompañamiento: “Tres cucharas de arroz blanco o un puñado de judías verdes, o sea, un elemento lateral que pretende dar color a la ración sin ensombrecer el plato rey, que es tu marido”.
En Israel dicen que durante toda su carrera el actual presidente israelí no marcó la clásica línea de se-
paración entre él y su esposa, hecho por el que muchos les definen como una pareja que hace el trabajo en equipo. Él, conocido por su emotividad y pasión, fue uno de los primeros dirigentes políticos de la derecha del Likud que hace más de dos décadas entendieron la necesidad de promover una legislación para combatir los abusos sexuales. Ya entonces, la influencia de Nechama fue clave para aprobar la ley.
La primera dama, siempre con su respirador a cuestas, acompaña a su marido cuando se dedica a su otra pasión, el fútbol, ya que Ruvi es forofo del Beitar de Jerusalén y del Barça. La periodista de televisión y radio israelí Linoi Bar-Guefen afirma que “la capacidad de Nechama de unir a los extremos la convierte en una personalidad que el Estado de Israel necesita muchísimo. Ella creció como una campesina del moshav que sabe trabajar la tierra, pero paralelamente en su trabajo en biotecnología se convirtió en una amante de las artes plásticas y el baile”. Por eso, mejoró los jardines de la residencia presidencial en Jerusalén, así como las exposiciones de cuadros y arte visual. Sus amigos dicen de ella que, a pesar de su simpatía, “pobre de aquel que haya dañado a su marido a lo largo de su carrera política. Nechama nunca olvida”.
Cuando la reina Letizia la cogió del brazo en el recibimiento real, algunos en Israel recordaron el momento más emotivo de la visita de Donald y Melania Trump a Jerusalén, cuando la mujer del líder estadounidense la ayudó a transportar el respirador y le dijo: “Caminemos a su ritmo”.
Según la periodista Bar-Guefen, “las dos mujeres, probablemente, preferirían no ser primeras damas, pero yo oí como Nechama le decía a Melania que si quería la llevaba en coche a pasear y a ver la Jerusalén real”. Aunque añadió: “Probablemente tendrá que cambiarse los zapatos de tacón”.
La segunda esposa del presidente de Israel creció como campesina y tuvo una brillante carrera como bióloga