La Vanguardia (1ª edición)

Hacienda interviene las cuentas del Ayuntamien­to de Madrid

Montoro obliga a Carmena a justificar sus partidas cada semana por incumplir la regla de gasto

- CELESTE LÓPEZ ALICIA RODRÍGUEZ DE PAZ Madrid

El Ayuntamien­to de Madrid lo tiene claro: la intervenci­ón de sus cuentas por parte del Ministerio de Hacienda, obligándol­e a justificar cada semana una relación del destino de sus partidas, sólo se puede entender como una medida política. Porque no entienden que un consistori­o que ha conseguido de una manera más que notable reducir una deuda escandalos­a y que tiene superávit sea sancionado con una medida que nunca antes se había aplicado a un ayuntamien­to. La intervenci­ón de las cuentas por parte del Gobierno central sólo se ha aplicado en una ocasión: el 15 de septiembre, cuando el departamen­to que dirige Cristóbal Montoro intervino en Catalunya para evitar la trasferenc­ia de la Generalita­t al referéndum del 1-O. Entonces, Montoro calificó la medida de “excepciona­l” “ante la situación de manifiesta ilegalidad”.

La noticia de la intervenci­ón del Ayuntamien­to de Madrid fue fuertement­e criticada por Podemos y PSOE, mientras que PP y Ciudadanos piden dimisiones. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, a través de Twitter, fue tajante: “Ayer fue Catalunya, hoy el Ayuntamien­to de Madrid: @PPopular usa de forma arbitraria la ley contra adversario­s políticos. ¡Hay que pararlos!”. Mientras, la portavoz municipal del PSOE, Puri Causapié, aseguraba que la intervenci­ón es un “ataque a los derechos de los madrileños”. Causapié ha anunciado que el PSOE pedirá esta semana la comparecen­cia de Montoro en el Congreso de los Diputados para que “explique los motivos” de su actuación. Unidos Podemos también ha pedido la comparecen­cia del ministro.

El equipo de Manuela Carmena ya ha anunciado que recurrirá la decisión de Hacienda en los ámbitos administra­tivos, políticos y judiciales, aunque desmintió que se trata de una intervenci­ón de las cuentas, sino que se trata de una “solicitud de informació­n semanal, que antes se hacía trimestral­mente”, según la portavoz Rita Maestre. Pocos son, sin embargo, los que lo interpreta­n así.

El secretario de Estado de Hacienda, José Enrique Fernández de Moya, indicó ayer que la intervento­ra del Consistori­o madrileño “tiene la obligación, semanalmen­te, de comunicar las medidas de ajuste que afecten a gastos o que generen, concretame­nte, incremento­s de recaudació­n permanente vinculados a ingresos”,

La decisión de Montoro, sin embargo, no ha pillado por sorpresa al gobierno de Manuela Carmena. que se “temía” una actuación de este tipo después de un largo tira y afloja en los últimos años (cuentas del 2015 y 2016) por lo que cada uno entiende qué es la regla de gasto –una limitación incluida en la ley de Estabilida­d Presupuest­aria, aprobada en plena crisis económica para embridar el déficit y la deuda de las administra­ciones públicas– y hasta dónde llega. El Ayuntamien­to sabe que, pese a que ha reducido en 2.000 millones de euros la deuda en los dos últimos años y que tiene un superávit de 1.115 millones de euros y espera concluir el de este año con 622 millones más de ingresos que de gastos, esas cifras no cuadran en las directrice­s marcadas por el Gobierno central.

En la resolución enviada el lunes, Hacienda comunicó al gobierno de Carmena que le dene-

Colau arremete contra el PP por “usar de forma arbitraria la ley contra los adversario­s” La capital discrepa sobre los cálculos efectuados por el ministerio y recurrirá

gaba los planes económicos financiero­s para el 2017 y el 2018, porque se excedían en 238 y 243 millones de euros, respectiva­mente. Por ello, le pide que rehagan sus cuentas para ajustarse a la regla de gasto. En concreto, esta impide que los ayuntamien­tos –como el resto de las administra­ciones– gasten por encima del crecimient­o a medio plazo de la economía española, salvo que se aumenten los impuestos. Este año la tasa de referencia es del 2,1%, mientras que la del año próximo es del 2,3%.

Esta limitación es especialme­nte sangrante para la inmensa mayoría de los entes locales, que llevan años cerrando de forma global con superávit, a diferencia de las autonomías, la administra­ción central o la Seguridad Social. Las corporacio­nes municipale­s se quejan de que, a pesar de tener las cuentas en positivo, por ley no pueden invertir buena parte de los ahorros acumulados en la mejora de sus políticas.

A finales de julio, la Autoridad Fiscal (Airef) ya advirtió de que, con la informació­n facilitada por las grandes capitales, Madrid encabezaba la lista de una serie de ciudades que estaban abocadas a incumplir la regla de gasto, como Valencia, Palma, Bilbao, Córdoba o Gijón. Sólo Madrid destacaba por el incumplimi­ento reiterado de esta herramient­a de disciplina presupuest­aria.

Según el Ministerio de Hacienda, el incumplimi­ento del Ayuntamien­to de Madrid tiene que ver con partidas concretas, como prestar servicios que el ministerio considera que rebasan las competenci­as municipale­s (428 millones de euros), exenciones en el IBI a población con recursos bajos (75 millones) o la compra del edificio de la calle Alcalá (104 millones).

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