La Vanguardia (1ª edición)

El ocaso de los cerebros

Con el adiós de Pirlo y el retiro de Xavi se apaga la figura del director elegante

- ANTONI LÓPEZ TOVAR Barcelona

Después de 23 temporadas y un palmarés extraordin­ario, Andrea Pirlo ha anunciado que cuelga las botas con 38 años. “Siempre he considerad­o a Pirlo como el mejor jugador italiano”, sentenció Xavi Hernández, que apura su carrera en Qatar. Los dos, campeones del mundo, coincidier­on por última vez en la final de la Eurocopa 2012. Se impuso España (4-0), Xavi dejó el equipo y la roja no ha vuelto a ganar nada. Maestro o metrónomo son apodos que se han adjudicado a estos futbolista­s, quizá los últimos de una estirpe en que la elegancia se impone al físico y la precisión prima sobre el kilometraj­e. Futbolista­s que juegan con el cerebro, que dirigen, que el equipo orbita a su alrededor de la misma manera que los planetas giran alrededor del Sol. ¿Estamos ante el ocaso de una raza de genios? El Mundial del próximo verano certificar­á, si no el final, un alarmante descenso de cerebros elegantes, según indica la composició­n de las plantillas de los favoritos. España. El de Lopetegui es el equipo con más futbolista­s que responden al perfil, desde Isco a Thiago Alcántara pasando por Koke. En este preciso momento el malagueño del Real Madrid es quien mejor puede interpreta­r la función de Xavi. Ha adquirido regularida­d, minutos y sus intermiten­cias son cada vez menos lesivas, aunque le falta la jerarquía que concede la experienci­a para manejar al equipo y el ritmo de un partido. El pasado 2 de septiembre en un amistoso contra Italia jugaron por primera vez Isco y Asensio, una pareja que España y el Madrid necesitan como herederos de Xavi e Iniesta. Italia. Su último trofeo, con Pirlo al mando y firmando el primer gol de la tanda de penaltis contra Francia, fue el del Mundial 2006. Desde entonces la azzurra ha ido dando tumbos y quemando entrenador­es sin encontrar un sustituto para su cerebro. A consecuenc­ia de la falta de talentos ha pasado del aperturism­o de Cesare Prandelli, que alcanzó la final de la Eurocopa 2012, a una involución hacia la táctica dura con perfume a catenaccio. Por técnica, capacidad de leer el juego y capacidad asociativa, ahora Verratti podría formar parte del club de los grandes cerebros. Francia. Kanté, Tolisso, Matuidi y, por supuesto, Pogba, son los futbolista­s más utilizados por Deschamps en el centro del campo. Está todo dicho. Puro músculo. El joven Adrien Rabiot, que sería todo lo contrario, no ha madurado suficiente­mente en la iniciación y la dirección del juego, aunque está creciendo en el PSG, su estadístic­a de pases aumenta y se ha convertido en un buen socio de Neymar. Con 22 años aún carece de agilidad y fluidez, pero la ascendenci­a de Le crack en el juego va en aumento y tiene al lado un espejo en el que mirarse: Verratti. Alemania. Desde su posición de líbero, Beckenbaue­r es uno de los grandes cerebros organizado­res de la historia del fútbol. Ahora el equipo de Joachim Löw dispone de una extensa lista de centrocamp­istas de calidad y muy cotizados. La abundancia de alto nivel refuerza a la Mannschaff­t, aunque no existe una clara figura de director del tipo Ballack o Schweinste­iger. Özil, Kroos, Draxler, incluso Müller en una posición más adelantada, son grandes talentos pero no alcanzan la condición de metrónomos nacidos vocacional­mente para marcar la temperatur­a de manera constante. Inglaterra. Florent Malouda, cinco años en el Chelsea, disparó al fútbol inglés poco después de llegar a la Premier: “Durante los partidos es como si los cerebros de los jugadores se apagaran. La gente juega por instinto, como lo hacían cuando descubrier­on el fútbol por primera vez”. Lo último parecido aun maestro en los Pross fue Steven Gerrard, y además de cerebro tenía piernas para llegar a la portería adversaria y para cortar avances a base de tackles. Amanece una generación de buenos futbolista­s, pero no se intuye un líder con materia

Isco, Verratti, Rabiot o Coutinho reúnen algunas de las caracterís­ticas de los metrónomos El próximo Mundial certificar­á, si no el final, un alarmante descenso de los organizado­res vocacional­es

gris en el centro del campo. Argentina. Tres entrenador­es y 60 jugadores convocados. La participac­ión de la albicelest­e en la fase de clasificac­ión para el Mundial ha sido un verdadero caos. No se espera la eclosión de ningún talento organizado­r en Rusia. La única esperanza es que Éver Banega tenga unos días buenos. Es un fabuloso conductor pero su irregulari­dad y sus frecuentes bajones físicos le convierten en un jugador poco fiable. Cuando, según aparenta el futuro, Messi pase a realizar las funciones de cerebro, Argentina tendrá el mejor del mundo. Brasil. Poderoso centro del campo el de la selección sudamerica­na más completa de la actualidad con diferencia. Paulinho (Barcelona) y Casemiro (Real Madrid) juegan habitualme­nte y aseguran su firmeza. La clase, la organizaci­ón y el ritmo pertenecen a Coutinho. Aunque puede jugar como extremo, la verdeamare­lha prefiere y aprovecha más su clarividen­cia en el pase y sus infiltraci­ones desde la segunda línea. No se trata de un metrónomo vocacional, pero sus caracterís­ticas encajan en los esquemas de un Barça dispuesto a realizar importante­s esfuerzos por su fichaje.

 ?? ARCHIVO ?? Maestros. Xavi Hernández apura su carrera en Qatar tras ganar 24 títulos con el Barça, un Mundial y dos Eurocopas, mientras Andrea Pirlo se retira a los 38 años con 16 títulos de club y un Mundial. Dos centrocamp­istas de una raza especial
ARCHIVO Maestros. Xavi Hernández apura su carrera en Qatar tras ganar 24 títulos con el Barça, un Mundial y dos Eurocopas, mientras Andrea Pirlo se retira a los 38 años con 16 títulos de club y un Mundial. Dos centrocamp­istas de una raza especial

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