China promete abrir su sector financiero
EL anuncio que ha hecho China de que abrirá totalmente su sector financiero al capital extranjero, de forma que pueda llegar a controlar bancos, aseguradoras y firmas de bolsa del país, se contempla como un hito histórico que refleja el buen clima de cooperación económica existente entre Pekín y Washington. Dicho anuncio se hizo el viernes, justamente después de que finalizase la visita a China del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y de que en la entrevista que mantuvo con su homólogo Xi Jinping le pidiera condiciones más equitativas para las empresas estadounidenses.
La diplomacia china señala que ha habido un consenso entre los líderes de ambas potencias para la liberalización del sector financiero chino. Ello se interpreta como una compensación del régimen de Pekín a Estados Unidos por el elevado déficit comercial frente a China que soporta la economía estadounidense y que ha sido el caballo de batalla de Trump desde que se presentó como candidato a la Casa Blanca. Con la apertura de su sector financiero al capital internacional, China podrá beneficiarse, a su vez, de un mayor dinamismo económico, de mayor crédito y de una mejor asignación de los recursos.
De momento, sin embargo, el anuncio de China no es más que un compromiso que no empezará a ser efectivo hasta dentro de tres años. A partir de entonces, las empresas y los grupos extranjeros podrán empezar a controlar hasta el 51% de los bancos, las aseguradoras y demás compañías financieras chinas, lo que les daría el control accionarial de estos. Hasta ahora no tienen permitido disponer de más de un 20% del capital y, por tanto, los bancos extranjeros sólo desempeñan un papel marginal en el potente sector financiero del gigante asiático, a diferencia de la libertad con que los grupos financieros chinos pueden operar en Occidente, principalmente en Europa.
Para poder valorar la exacta dimensión del histórico anuncio de China, sin embargo, habrá que esperar a conocer también las reglamentaciones que en su momento se establezcan para la operativa financiera extranjera en el país, ya que existe el riesgo de que la letra pequeña de las leyes que se promulguen pueda limitar su margen de maniobra en una economía que está muy intervenida.