Irlanda y Dinamarca empatan y se la jugarán el martes en Dublín
Irlanda y Dinamarca empataron ayer a cero en Copenhague y dejaron totalmente abierto el pronóstico para ver quién se lleva el último billete europeo para el Mundial de Rusia. El próximo martes, ambas selecciones se volverán a ver las caras en Dublín. Ayer, la decepción fue enteramente danesa. Dinamarca castigó a los suyos con una actuación deficiente, en un partido sin brillo en el que los visitantes lograron el resultado que querían y que deja todo en el aire. El partido no se desvió del guion previsto: Irlanda se echó atrás y se dedicó a aguardar en su campo, cerrando espacios, defendiendo el 0-0 como un tesoro, a la espera de lo que hiciera Dinamarca, que acaparó la posesión de la pelota.
Hareide repitió el ataque que había goleado a Polonia en la clasificación, con Cornelius como falso extremo, para hacer valer su superioridad física, pero no le funcionó el plan. Los irlandeses no se achicaron, y además supieron desconectar a Eriksen, el cerebro danés, aparte de su máximo goleador en la liguilla. Pero le sobró juego directo y le faltó paciencia para romper a un equipo no sobrado de talento, pero disciplinado y con pundonor. Aun así, Dinamarca tuvo ocasiones muy claras. No las aprovechó y ahora le tocará sufrir en Dublín, donde ya se ponen velas a San Patricio.