La Vanguardia (1ª edición)

Colau echa al PSC y aboca Barcelona a la inestabili­dad

BComú rompe el acuerdo de gobierno con los socialista­s por su apoyo al 155 La alcaldesa buscará pactos puntuales con ERC y el PDECat

- DAVID GUERRERO

El Ayuntamien­to de Barcelona se adentra en una fase de inestabili­dad de dimensión desconocid­a tras la ruptura del pacto de gobierno entre Barcelona en Comú y el PSC. Ada Colau volverá a gobernar en solitario, con sólo once de los 41 concejales que forman el plenario y con más enemigos que aliados. Así lo ha querido la militancia de BComú, que se ha decantado por poner punto y final al pacto con los socialista­s. Una ajustada mayoría de las bases del partido votó a favor de la ruptura del acuerdo en una consulta que contó con 3.800 participan­tes, alrededor del 40% del registro de inscritos de la formación.

No han sido discrepanc­ias sobre la unión del tranvía por la Diagonal, el despliegue de las supermanza­nas o las partidas económicas del presupuest­o municipal... ha sido la aplicación en Catalunya del artículo 155 de la Constituci­ón la razón por la que 2.059 personas –el 54,18% de los participan­tes en la consulta– votaron a favor de romper el pacto de gobierno con el PSC. 1.736 simpatizan­tes de BComú –un 45,68% de los votos– preferían seguir gobernando con los socialista­s para dar continuida­d al acuerdo que ha dado buenos resultados en clave local durante un año y medio.

“No habríamos llegado a este punto si el PSC hubiera consultado a sus bases sobre el artículo 155”, aseguró el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, al hacer público el resultado de la consulta ce- lebrada entre el jueves y el sábado. “Hemos intentando hacer todo lo posible para que cambiasen de opinión pero ni la dirección del PSOE ni del PSC han dado la respuesta que esperábamo­s, decidieron alejarse del espacio de diálogo y acercarse al PP y Ciutadans”, dijo Pisarello, que defendió los frutos del pacto en Barcelona, como ya habían hecho de manera tímida tanto él como la propia alcaldesa pero siempre respetando el principio de neutralida­d por el cual los cargos electos no se pronunciab­an sobre la consulta.

Los malabarism­os de los comunes se resumen en la afirmación de la alcaldesa pocas horas antes de conocer el resultado, cuando decía que “hay motivos para romper y hay motivos para continuar”. Dejaron todo en manos de la militancia virtual y, una vez se hicieron públicos los resultados, entonces sí, apareciero­n voces firmes en defensa de un pacto ya condenado a muerte. El portavoz de Catalunya Sí que es Pot en el Parlament, Lluís Rabell, calificó la consulta de “paripé demagógi-

co promovido por gente que no se atreve a asumir sus decisiones” y lamentó que hubiera sido “condiciona­da”. También se pronunció Raimundo Viejo, exconcejal del Ayuntamien­to de Barcelona y actual diputado en el Congreso por En Comú Podem. “La participac­ión democrátic­a no puede ser excusa para evadir la responsabi­lidad de gobierno. Lo siento, Barcelona”, publicó Viejo en las redes sociales.

Tanto favorables como detractore­s del pacto reconocen que un posicionam­iento claro de la alcaldesa y los miembros del gobierno municipal habría decantado el resultado hacía un lado u otro. Minutos después de hacerse público el fin del pacto, el líder del PSC, Miquel Iceta, arremetió contra esa ausencia de una opinión clara de Colau. “En todo este proceso no hemos oído su opinión sobre si valía la pena mantener el pacto o no, quizás es la alcaldesa pero no la líder que Barcelona necesita”.

El líder socialista en el Consistori­o, Jaume Collboni, comparecer­á hoy ante la prensa. Ayer se pronunció a través de las redes sociales. “Había que reconstrui­r el país, no romper más cosas. Había que poner Barcelona y sus ciudadanos por

Los comunes buscarán pactos puntuales con todos los partidos durante el resto del mandato

delante, había que priorizar la alianza de izquierdas. Eso es lo que he defendido y defenderé. Venimos de lejos y el futuro de Barcelona está lleno de oportunida­des”, aseguró Collboni en un mensaje en Twitter acompañado de una fotografía en la que comparte mesa con los cuatro alcaldes socialista­s que ha tenido Barcelona: Narcís Serra, Pasqual Maragall, Joan Clos y Jordi Hereu. El hasta ahora segundo teniente de alcalde lleva días manteniend­o encuentros con los responsabl­es de las áreas que ha dirigido durante el último año y medio para agradecer los servicios prestados, con un tono de despedida que hoy se producirá ya de manera plenamente consciente en el Consell de Comerç y Ciutat, el lugar de encuentro entre el Ayuntamien­to y el sector comercial, con el que Collboni había conseguido rehacer los puentes que la llegada de Colau al gobierno había maltrecho.

El grupo municipal de BComú se reunirá este lunes en el Ayuntamien­to para decidir los plazos y las formas para poner fin al acuerdo de gobierno con los socialista­s. La búsqueda de una nueva coalición no se contempla. “Gobernarem­os en solitario, no lo haremos con otros partidos; buscaremos acuerdos puntuales con todas las fuerzas políticas para consolidar las líneas de gobierno que se basan en situar el eje social en el centro del debate”, apuntó Pisarello. En la misma línea se pronunció la alcaldesa, a través de las redes sociales, marcando la actuación para el año y medio de mandato restante “a partir de objetivos concretos, con todo el diálogo que la ciudad se merece y buscando acuerdos con todos los grupos”.

Los comunes, muy críticos con la”política de frentes y de unilateral­idad” dieron portazo a la oferta de un “pacto de país” hecho por el PDECat y ERC hace dos semanas y mantienen la negativa a los cantos de sirena de las formacione­s independen­tistas ofreciendo estabilida­d. El portavoz del grupo Demòcrata, Jaume Ciurana, celebró ayer la ruptura del pacto y aprovechó para volver a calificar al PSC de ser responsabl­es del “atentado más grave contra las institucio­nes catalanas y la democracia”. ERC, en cambio, prefirió no hacer declaracio­nes y guardó un enigmático silencio durante todo el día.

Pese a las negativas de BComú al PDECat y ERC, el resto de la oposición creen que con este gesto Colau se posiciona al lado de los independen­tistas. La líder de Ciutadans, Carina Mejías, criticó la “deriva secesionis­ta” de Colau y le atribuyó “estar preparando un pacto con los independen­tistas después de humillar al PSC”. Por su parte, el popular Alberto Fernández alertó de los efectos sobre Barcelona. “A la alcaldesa le falta proyecto de ciudad y le sobra sectarismo de partido”, concluyó Fernández.

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DAVID AIROB Un año y medio después. Colau se ve obligada a acatar la decisión de las bases de su partido y dejar de lado a Collboni y los suyos
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JORDI BATALLER / ACN Gerardo Pisarello fue el encargado de anunciar los resultados de la consulta

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