Horas inciertas para May
LA primera ministra británica, Theresa May, ha dejado atrás una semana horrorosa. La mala noticia es que lo peor puede estar por llegar en dos frentes acuciantes: la aprobación de los presupuestos (prevista para el 22 de noviembre) y el mantenimiento del equilibrio en el seno del Gobierno conservador, dividido entre detractores y partidarios del Brexit, en unos días que pondrán a prueba su cohesión debido al curso de las negociaciones con la Unión Europea. En otras palabras: el liderazgo de Theresa May se está resintiendo –en su partido no se descarta una censura–, y hay dudas –en Londres y Bruselas– de que la primera ministra vaya a gobernar el Reino Unido en el 2018.
La inestabilidad latente no es un hecho coyuntural. Al contrario, no deja de ser un ejercicio de supervivencia si repasamos los acontecimientos de los últimos 18 meses, ciertamente no los más brillantes en la historia de tan gran país. El conservador David Cameron convocó un referéndum en junio del 2016 sobre la permanencia en la UE a fin, entre otros objetivos, de reforzar su liderazgo en el partido tory. Sin embargo, el 52% de los electores se inclinó por la ruptura, aunque a las pocas horas fue evidente que la campaña ganadora se había basado en promesas demagógicas. El fiasco obligó a una sucesión de urgencia, en la que salió agraciada Theresa May. Sus primeras declaraciones fueron contrarias a un adelanto electoral y respetuosas con la legislatura, que debía agotarse en el 2020 pese al reto monumental de pactar el divorcio desde un Gobierno anti-Brexit. La premier británica quiso acabar con las disensiones y cohesionar a las tropas mediante unas elecciones anticipadas convocadas para aumentarla fuerza electoral de los conservadoresy ganar credibilidad de cara ala negociación con Bruselas. Nuevamente la apuesta fue calamitosa y las urnas restaron fuerza a Theresa May, cuyo partido perdió 12 escaños al tiempo que los laboristas, supuestamente enterrados, recuperaron voz y escaños en Westminster.
Diversos factores han debilitado estos últimos días a Theresa May hasta el punto de generar una sensación de caos en el Ejecutivo. Dos ministros relevantes han presentado la dimisión, otro ha metido gravemente la pata, pero nadie se atreve a destituirlo (el titular de Asuntos Exteriores, Boris Johnson), y las negociaciones del Brexit –que ya tiene fecha y hora: la medianoche del viernes 29 de marzo del 2019– se hallan atascadas por decisión de Bruselas: o Londres se compromete a una cifra y un plazo para compensar a la UE, o esta no accede al acuerdo comercial tan anhelado por los británicos. Malos augurios para Theresa May.