También en la mountain bike
La venta de bicicletas eléctricas se incrementó en el 2016 en España un 60% debido a dos perfiles de usuarios. Aquellos que no se habían planteado desplazarse en bici por la ciudad –véase la información principal–, pero también por la incorporación de los ciclistas de montaña. Carlos Núñez, secretario general de la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (Ambe), señala que la mountain bike eléctrica está permitiendo a aficionados de una cierta edad que habían dejado de hacer grandes tiradas y fuertes pendientes volver a la montaña sin quedarse atrás y disfrutando gracias al pedaleo asistido de muchos kilómetros. Pero no sólo es este el perfil de quienes apuestan por la eléctrica en la montaña sino que también la prueba gente joven ya que es “muy divertida”, explica. Sin el gran esfuerzo físico que requiere el uso de la bicicleta en la alta montaña, el sistema pedelec permite subir de forma entretenida y activa sin que esta ayuda en el pedaleo signifique que no hace falta esfuerzo. Y, por lo tanto, facilita llegar a lugares donde los aficionados a la bicicleta de montaña antes no se habían planteado acceder. El cicloturismo también se ha sumado a la apuesta por las bicicletas eléctricas por la capacidad para ampliar los recorridos y hacerlos asequibles a un público muy amplio. Y se incorpora asimismo la idea de las salidas familiares en bicicleta con personas con diferente nivel de preparación. Estas mountain bikes tienen una autonomía de batería superior a la de las bicicletas urbanas, y también un precio más elevado. La progresiva incorporación de las e-bikes al mercado se refleja en que han llegado ya al segmento de las bicicletas conocidas como trekking, pensadas como un híbrido entre el uso urbano y el de montaña. Los guardabarros, portaequipajes y caballetes se combinan con ruedas anchas y suspensión. Los profesionales del sector consideran que el uso de la bicicleta eléctrica ya va más allá de la moda y se está convirtiendo en la ciudad y en la montaña en una forma de desplazarse que se consolida, sobre todo cuando se habla de países como Alemania, Holanda, Francia o Bélgica, y suponen un gran cambio también en el propio mercado de las dos ruedas. Aquí empieza a cuajar.