El estirado Higgins de ‘Magnum’
Jonathan Higgins era la quintaesencia del inglés perfeccionista, engreído, respondón y con un punto sarcástico, uno de aquellos personajes secundarios robaescenas y el divertido contrapunto del detective protagonista de la serie Magnum. A aquel encargado de la hacienda no lo interpretaba un británico, sino un texano de pura cepa, pero con un gran bagaje en la interpretación, John Hillerman.
Cuando le llegó el personaje que le dio fama mundial, Hillerman llevaba treinta años con una sólida carrera tanto en la escena de Broadway como en Hollywood. Era un actor estable, pero sin ningún papel destacado. Había seguido la senda de muchos otros de su generación. Se había iniciado en los teatros de Nueva York. Ahí conoció al futuro director Peter Bogdanovich. Y como él, vio que si quería tener un sueldo decente debía emigrar hacia California.
Le debía mucho a Bogdanovich, que le ofreció pequeños papeles en sus primeros y exitosos filmes: La última película (1971), ¿Qué me pasa, doctor? (1972) o Luna de papel (1973). Aunque donde más llamó la atención de los productores fue dando la réplica a Jack Nicholson en Chinatown (1974), de Roman Polanski.
Este papel le permitió dar el paso a un papel con más peso en televisión, donde ya había aparecido esporádicamente. Se trataba de un detective rival al protagonista, Ellery Queen, en la serie homónima. Hillerman ya dotó a su personaje de algunos rasgos no muy alejados del que le haría famoso.
Hay que señalar que en España Magnum fue una de las series de más éxito que tuvieron los canales autonómicos. En Catalunya, TV3 la empezó a emitir en abril de 1985. Sin embargo, en Estados Unidos ya se había estrenado cinco años antes y había supuesto un nuevo giro a las series de detectives. Después del calvo Kojak, el despistado Colombo o los barriobajeros Starsky y Hutch, llegaba un detective guapo, atlético y que vivía en una zona paradisiaca de Hawái, en la mansión de un misterioso personaje.
El encargado de aquella hacienda iba a ser un militar inglés y buscaron actores de esta nacionalidad. Sin embargo, al productor Glen A. Larson –creador también de El coche
fantástico– no acabó de convencerle ninguno. Entonces un director de casting le dijo que Hillerman podría hacer el papel sin problemas.
Vaya si lo hizo. La prueba es que la serie fue también un rotundo éxito en el Reino Unido, de donde le llovieron cartas de admiradores que querían saber de qué parte de Inglaterra era. “Siento decepcionarle –respondía–. Pero soy un palurdo de Texas”. Su trabajo también fue reconocido con un Globo de Oro, tres nominaciones más, y un Emmy.
Magnum se emitió durante ocho temporadas. Convirtió en una estrella a su protagonista, Tom Selleck, pero Hillerman tampoco pudo quejarse. “No hace tanto lo único que miraba era cómo pagar mi alquiler”, decía en 1985 en una entrevista a The New York Times, desde su ático de Honolulu.
Aquella serie puso la guinda a su carrera. Interpretó a Watson en un telefilme de Sherlock Holmes, Las manos de un asesino (1990), fue estrella invitada en un par de episodios de Se ha
escrito un crimen y se retiró apaciblemente de la escena a vivir en su querido Texas natal, para no tener que impostar más su propio acento. Allí murió el pasado jueves. Tenía 84 años.