Otro impasse en la cultura de Barcelona
El equipo de Colau busca un divorcio que no sea traumático
Tras la ruptura del pacto de gobierno en el ayuntamiento de Barcelona, el hasta ahora teniente de alcalde y responsable del área de Cultura Jaume Collboni lo calificó de “error histórico”. Y la respuesta de la alcaldesa de Barcelona Ada Colau fue: “Tenim la mà trencada”. Era su forma de indicar que están acostumbrados a buscar acuerdos con otras formaciones políticas municipales de cara a conseguir una mayoría absoluta en cuestiones puntuales. Aunque la frase podría entenderse también en otro sentido más literal.
Para evitar que esa ruptura suponga un nuevo parón en los proyectos culturales de la ciudad, desde el entorno de Colau se lanza el mensaje de que será un divorcio no traumático. “Esto no es una ruptura, es un cambio de relación”, fue el matiz que introdujo la propia alcaldesa. Hace días que ya se preparaba ese nuevo escenario, convencidos de que su militancia no iba a validar el pacto con los socialistas, aunque el resultado final haya sido más ajustado de lo que se esperaba. Las primeras informaciones apuntan hacia una pequeña reestructuración en la cúpula que podría no afectar al organigrama ni a los cargos intermedios, al menos hasta el 21-D y ante la eventualidad de que pudiera alcanzarse algún tipo de acuerdo con otros grupos.
Lo que es seguro es que el área de cultura volverá a depender de uno de los concejales de BComú, probablemente Jaume Asens, como ya sucedió durante el primer año del mandato de Colau. Entonces se nombró a Berta Sureda como comisionada de Cultura, cargo en el que se mantuvo hasta la llegada de Collboni, quien primero intentó sustituirla por Xavier Marcé, pero ante la oposición de los comunes acabó sólo como asesor, un cargo de confianza con los días contados. Collboni escogió a Valentí Oviedo, hasta entonces gerente de L’Auditori, como gerente del Institut de Cultura de Barcelona (Icub) y dejó vacante el comisionado de Cultura. Ahora la opción de BComú podría ser la de mantener al gerente pero nombrar un comisionado con plenos poderes para liberar de trabajo al concejal responsable del área.
Fuentes municipales señalan que en las últimas horas se han producido incluso contactos con Àlex Rigola, recién dimitido de los Teatros del Canal de Madrid, pero este al parecer ha rechazado el puesto. Otro de los nombres que suenan para tener más responsabilidades es el de Dani Granados, hasta ahora director del programa Cultura Viva.
En el ambiente cultural la preocupación se centra en los proyectos que estaban en marcha. Hace escasos días se anunciaba la convocatoria de la plaza de director para el centro de arte contemporáneo de Fabra i Coats, un proyecto en el que había trabajado Berta Sureda, antes de fichar por el Gobierno balear el pasado octubre. También debía elegirse director para la Casa de les Lletres, un centro que debía empezar a funcionar en el 2019. Desde el equipo de la alcaldesa se da por hecho
Asens puede asumir la concejalía de Cultura y se nombrará un comisionado del área
que proyectos como el de Barcelona Districte Cultural para llevar la cultura a los barrios o las fábricas de creación seguirán su curso.
En el ámbito cultural la primera reacción fue de escepticismo porque se recuerda que desde el 2015 se han sucedido los nombres de Jaume Ciurana, Jaume Asens/Berta Sureda, Jaume Collboni/Xavier Marcé y puede acabarse el 2017 con un nuevo equipo al frente, lo que
BComú tantea a Àlex Rigola como nuevo comisionado de Cultura pero este lo rechaza
puede significar una nueva parálisis para ciertos proyectos.
Las primeras opiniones dan un aprobado a la labor desarrollada por Collboni, pese a que ha permanecido poco más de un año al frente. El gerente de L’Auditori, Jordi Tort, destacó el importante esfuerzo postcrisis realizado por el teniente de alcalde para consolidar la propuesta de actividades. “Al Ayuntamiento lo sentimos muy cercano en el día a día y Barcelona En Comú es un partido con gran vocación cultural y social, de modo que no tengo demasiada inquietud”.
El director del Liceu, Roger Guasch, reconoce que encontraron apoyo en Sureda, y que esta labor se consolidó con el concejal Jaume Collboni, pero están también convencidos de que la colaboración seguirá con el nuevo equipo porque “el Liceu, como referente cultural internacional y un elemento clave de la historia de la ciudad, es una institución que ha de seguir alimentando la sociedad y ello no sería posible sin el Ayuntamiento”.
Martín Pérez, presidente de