Ysios invierte 6 millones en la empresa suiza Xeltis
La operación forma parte de la ronda de 45 millones de Xeltis
El fondo catalán Ysios Capital ha invertido 6 millones en la firma suiza Xeltis, especializada en el desarrollo de unas válvulas cardiacas de última generación. La operación forma parte de la tercera ronda de inversión de Xeltis, liderada por un inversor estratégico del sector de la tecnología médica y otras firmas privadas extranjeras, que junto a Ysios han invertido un total de 45 millones de euros.
Josep Lluís Sanfeliu, socio de Ysios responsable de esta operación, apunta que la ronda permitirá a Xeltis avanzar en la investigación del material así como en los ensayos clínicos del producto en humanos. Según explica, Xeltis ya está probando la válvula pulmonar en pacientes infantiles y el año que viene prevé hacerlo con la válvula aórtica en adultos. Sanfeliu, que a partir de ahora estará en el consejo de Xeltis (controlada ya por unos 8 fondos inversores), explica que Ysios espera recuperar los 6 millones dentro de 3 o 4 años, cuando se prevé que la válvula salga al mercado y que la compañía sea adquirida por una gran firma del sector. Aun así, Sanfeliu no descarta que Ysisos vuelva a invertir una cifra similar en la compañía si la investigación se retrasa. “El fondo Ysios BioFund II, provisto de 126,4 millones de euros, ha sido el que ha vehiculado la operación y tiene margen para volver a hacerlo si es necesario”.
El inversor está convencido del éxito de la operación, que ha contado con el asesoramiento de los doctores José Luis Pomar (hospital Clínic) y Georgia Sarquella (hospital Sant Joan de Déu), quienes confirman el avance de la tecnología. “La válvula cardiaca, que se implanta en el corazón o en vasos sanguíneos, está hecha de un polímero que permite al paciente regenerar de forma natural el tejido de la válvula. Además, acaba siendo reabsorbida sin efectos secundarios dos años después de su implantación”.
Por otra parte, la válvula de Xeltis evita someter al paciente a segundos implantes (como ocurre con las válvulas biológicas) y a efectos secundarios (como en las mecánicas). Además, Sanfeliu incide en el ahorro de costes que supone esta tecnología: la válvula está hecha de un material barato, fácil de conseguir, que evita depender de donaciones de humanos o de animales. Y ello es relevante, teniendo en cuenta que las patologías cardiovasculares son muy comunes entre la población, y más aun cuando esta está cada vez más envejecida.
Xeltis produce una válvula cardiaca con un polímero que permite la regeneración natural de esta