Arte rupestre con 8.000 años de espera
El conjunto pictórico se ha conservado en la pared de un abrigo, en el Montsià, en una comarca rica en hallazgos prehistóricos
Domingo Ribas, vecino de Mas de Barberans (Montsià), veterano cazador, vio hace más de una década unas figuras humanas pintadas con colores rojizos en la parte más alta de la pared de un abrigo, en el barranco de Montpou. Aunque hizo algunas fotografías, no dio más trascendencia al hallazgo. Las pinturas siguieron olvidadas hasta que un amigo de Ramon vio las imágenes, hace tres años, y sus indicaciones sirvieron para localizar lo que ha resultado ser un conjunto pictórico rupestre de primer nivel, guardado en secreto en el último año y medio para prevenir el vandalismo.
Durante este tiempo, los especialistas del Servei d’Arqueologia i Paleontologia del Departament de Cultura de la Generalitat han trabajado en el abrigo para estudiar y recuperar las pinturas, confirmar su autenticidad (entre el pospaleolítico y el neolítico) y garantizar su conservación, 8.000 años después.
Se trata ni más ni menos que de un conjunto pictórico con 69 figuras de estilo levantino o naturalista, sobre una franja de roca de unos tres metros. Destacan dos hileras de arqueros que parecen ir a la carrera, como si se estuviesen desplazando, o bien realizando un ritual. También pueden observarse algunos animales, cabras y un jabalí, en una escena de cacería.
“Creo que son de una importancia trascendente, tienen un valor extraordinario, tipológicamente son figuras que no las tenemos bien documentadas en Catalunya, es una escena espectacular y única, con una hilera de guerreros o arqueros, todos a la marcha con sus arcos y flechas, uno tras otro”, destaca Josep Castells, jefe de la sección de Informació i Estudis del Servei d’Arqueologia i Paleontologia de la Generalitat.
Las pinturas han aparecido en un enclave geográfico estratégico, en un barranco espectacular que es una de las fronteras de entrada del parque natural de los Ports. No parece casual su localización. “Querían mostrar su importancia, quizás marque un desplazamiento o un ritual”, explica Castells. Una parte de las pinturas ha desaparecido y no puede observarse con nitidez.
Convertidas ya en pinturas rupestres de referencia en el sur de Catalunya, bautizadas como las del Cocó de la Gralla, siguen visibles pero ahora están protegidas por una valla perimetral. No se han articulado aún las visitas. El plan integral desarrollado tras el hallazgo ha servido también para limpiar la vegetación para evitar daños en caso de incendio. Las pinturas ya han sido declaradas como bien cultural de interés nacional por la Generalitat, con categoría de zona arqueológica.
Un cazador vio las pinturas, de “valor extraordinario”, ignoradas a pesar de estar al aire libre