Prohibido tuitear desde el Parlamento
El presidente del Parlamento alemán, Wolfgang Schäuble, ha advertido en una carta a los diputados que utilizar Twitter desde el pleno “es inapropiado y no deseable”. Las quejas de varios diputados –a través de tuits, claro– no se han hecho esperar.
Steinmeier ni mencionara esa opción”, señaló Thorsten Faas, politólogo de la Universidad Libre de Berlín, en un encuentro el martes con corresponsales extranjeros.
La ejecutiva del SPD respaldó el lunes de forma unánime la postura de Schulz, pero en estos días han empezado a oírse otras voces. El tabloide Bild, usualmente bien informado sobre política nacional, publicó el miércoles que, durante una reunión del grupo parlamentario socialdemócrata, 30 de sus 153 diputados habían cuestionado la preferencia de Schulz de permanecer en la oposición.
Reanudar conversaciones para una Grosse Koalition sería para el SPD aceptar nuevamente el abrazo del oso (Angela Merkel suele acabar fagocitando a sus socios de gobierno), pero permitirle gobernar con los verdes –quienes durante las negociaciones jamaicanas fueron los más proclives al pacto– daría un respiro a los socialdemócratas en forma de tiempo para recomponerse. Schulz dice no temer a elecciones anticipadas, y Merkel también ha dicho que las prefiere a un gobierno en minoría, pero los sondeos no les prometen ganancias respecto a sus cosechas de septiembre.
En esta situación, Frank-Walter Steinmeier podría resultar un factor clave. En Steinmeier –elegido presidente federal el pasado febrero con general consenso– concurren varias circunstancias que le otorgan un carisma especial como modulador de la situación.
Está por una parte su papel institucional. Según el artículo 63 de la Constitución, el jefe del Estado tiene la potestad de disolver el Bundestag (cámara baja del Parlamento) si, tras proponer un candidato a canciller, este no consigue ser elegido en tres votaciones sucesivas (en la última, basta la mayoría simple). Entonces, inevitablemente, se iría a elecciones anticipadas.
Y está también su trayectoria personal. Steinmeier procede del SPD, de cuya militancia se dio de baja al asumir la jefatura del Estado. La prensa alemana valora también su experiencia diplomática –fue ministro de Exteriores en el primer y tercer ejecutivos de Merkel con el SPD (2005-2009 y 2013-2017)–, y tiene una relación de mutuo respeto con la líder democristiana, ante la que, por cierto, cayó derrotado en el 2009 cuando fue candidato socialdemócrata a la Cancillería.
En cualquier caso, todos los analistas consideran un golpe de fortuna para Angela Merkel lo que a principios de año era en realidad un revés: que el SPD hubiera logrado colarle a un socialdemócrata como presidente federal. Ahora es el turno de Martin Schulz, que los días 7, 8 y 9 afronta un congreso del partido que se presenta espinoso.