Lista negra de paraísos fiscales
LA Unión Europea ha consolidado un pequeño gran paso en la lucha contra los paraísos fiscales. Por primera vez los Veintiocho han logrado ponerse de acuerdo para establecer una lista negra de diecisiete estados o territorios con normas fiscales desleales. Asimismo han puesto bajo vigilancia, en una llamada lista gris, a otros 47 países, entre los que se encuentra Andorra, que son considerados también paraísos fiscales pero que se han comprometido a abordar reformas legales en sus sistemas tributarios y a participar en las normas de transparencia fiscal exigidas. Ambas listas serán revisadas y actualizadas periódicamente.
Los técnicos de la Comisión Europea, durante tres años, han llegado a analizar hasta 92 jurisdicciones, entre estados y territorios, para determinar aquellas que no comparten el régimen internacional de transparencia fiscal, aplican medidas fiscales preferenciales que son perjudiciales y no cumplen las normas de la OCDE contra la optimización fiscal agresiva. El impuesto cero sobre empresas no ha sido tenido en cuenta por oposición del Reino Unido.
Los diecisiete paraísos fiscales de la lista negra son islas del Pacífico como Samoa, Samoa Americana, Guam, las Islas Marshall y Palaos, territorios caribeños como Barbados, Granada, Santa Lucía, Trinidad y Tobago, además de Panamá, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Macao, Túnez, Corea del Sur, Mongolia y Namibia. El problema es qué se hace a partir de ahora con los paraísos fiscales declarados como tales. Los Veintiocho deben definir las sanciones que les imponen. Pero ya se vislumbra que será muy difícil llegar al consenso que las normas comunitarias exigen para adoptar decisiones en materia fiscal. Hay un grupo de países europeos, como son Luxemburgo, Reino Unido, Malta, Suecia, Irlanda, Holanda, Lituania, Finlandia y Grecia, que se oponen a imponer duras sanciones a los paraísos fiscales, en contra de lo que quieren la mayoría de miembrosdelclubcomunitario.Laposiciónpolíticadeestospaíses debe ser denunciada y criticada porque la complicidad que demuestran con los paraísos fiscales puede convertir en inútiles los esfuerzos de la UE para acabar con ellos.
La lucha contra los paraísos fiscales es un trabajo ímprobo y muy difícil porque choca con una fuerte resistencia de poderes políticos y económicos. La voluntad mayoritaria de la UE es lograr promocionar la buena gobernanza a escala mundial para evitar el fraude fiscal y la evasión de impuestos. Pero eso no se logrará si, además de elaborar listas, no se imponen severas sanciones a los paraísos fiscales y a quienes se relacionen con ellos. Es una lucha que, además, tampoco se ganará si no se implican también los otros grandes bloques como Estados Unidos, China y Japón. De momento, la UE está sola en esta loable iniciativa .