Puigdemont exige a la UE que fuerce a Rajoy a una negociación política
El independentismo toma Bruselas con una manifestación masiva en apoyo del expresident
La campaña electoral independentista se trasladó ayer a Bruselas para participar en una manifestación convocada por la ANC y Òmnium, pero que sirvió para que el presidente de la Generalitat cesado diera aire a su candidatura. Ante más de 45.000 personas desplazadas desde Catalunya que llenaron el parque del Cincuentenario, Carles Puigdemont mantuvo sus críticas a las instituciones europeas e interpeló a sus dirigentes a que reprendan la actuación del Gobierno de Mariano Rajoy hacia las instituciones catalanas.
Decenas de miles de catalanes respondieron ayer a la convocatoria de las asociaciones ANC y Òmnium y llevaron su causa independentista hasta Bruselas bajo el lema “Europa, despierta” para pedir apoyo a la independencia de Catalunya y la libertad de los “presos políticos” del Gobierno español, al que tildaron de franquista.
A la cabeza de la marcha, delante de una marea amarilla de manifestantes, el expresident y cabeza de lista de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont, recibido a cada paso al grito de “president, president”. Le acompañaban la número dos de la lista de ERC, Marta Rovira, los exconsellers instalados en Bélgica, otros candidatos a las elecciones del 21 de diciembre, además del expresident Artur Mas y los números dos de ANC y Òmnium. “Volveremos a ganar”, avisó Rovira al final de la marcha, que partió del parque del Cincuentenario y rodeó la Comisión Europea y el Consejo.
Los lazos amarillos de los manifestantes dieron una nota de color a un día frío, gris y húmedo en Bruselas, que cortó al tráfico el barrio europeo para facilitar su paso. La meteorología no desanimó a los participantes, llegados desde Catalunya por su cuenta en avión o en coche o en alguno de los 250 autocares y cinco vuelos chárters fletados para la ocasión. La participación superó con creces las expectativas. La organización esperaban unas 20.000 personas y se encontró con unas 45.000, según el cálculo de la poli- cía belga, experta en el resbaladizo arte de medir manifestaciones, ya que cada año se celebran unas 900 en la ciudad, la mayoría sin relación directa con el país.
La experiencia organizativa de ANC y Òmnium en este tipo de actos se trasladó con éxito a Bruselas. Aunque hubo que revisar el recorrido para ajustarlo a la mayor afluencia, la jornada transcurrió sin incidentes. “Es la mayor marcha jamás celebrada en Bruselas”, aseguró Marcel Mauri, número dos de Òmnium, aunque el récord está en 300.000 personas en 1996 (protesta por los errores del caso Dutroux) o, más recientemente, las manifestaciones contra la austeridad del 2014 y el 2015 (entre 85.000 y 100.000 ), según la misma fuente.
Entre tanta estelada, fue clamorosa la ausencia de banderas europeas, omnipresentes antes de la declaración unilateral de independencia. Cuando se citó a la Unión Europea, fue sobre todo para reprochar la complicidad de las instituciones y gobiernos con Mariano Rajoy. “Quiero dirigirle un mensaje al señor Juncker y a todos los amigos del señor Rajoy. Escuchad bien. ¿Habéis visto en algún lugar del mundo una manifestación como esta para apoyar a delincuentes?”, planteó Puigdemont. “Quizás es que somos demócratas”, se respondió entre aplausos el expresident, que aseguró que Juncker aún puede tener un papel positivo en el conflicto. “Queremos una Europa que no tenga miedo de decirle a uno de sus miembros cuando no respeta los derechos básicos”, dijo.
“Sois unos franquistas y tenéis miedo a la democracia y al estado de derecho”, dijo al Gobierno español, desgañitándose, el exconseller Antoni Comín (ERC). Puigdemont fue el último en tomar la palabra en el acto final de la marcha, en la plaza de Jean Rey, detrás del Consejo. Le precedieron los parlamentos de los cuatro exconsellers instalados en Bélgica, el eurodiputado esloveno Ivo Vajgl y la galesa Jill Evans, diputado estonio (Artur Talvik) y uno flamenco (Peter Luykx), entre otros, que alentaron a los catalanes a proseguir su lucha por el derecho a la autodeterminación. También tomó la palabra Joan Coma, concejal de la CUP, que a última hora decidió enviar un representante a Bruselas.
Durante la marcha, Puigdemont, que portaba una gran bufanda amarilla, fue arropado por multitud de manifestantes, que lo abrazaban y besaban maternalmente, algunos entre lágrimas. Le acompañan esta semana en Bruselas su mujer e hijas. “Catalunya es la mejor cara de Europa”, aseguró al final de su intervención el expresident, que sin citar la candidatura de Junts Per Catalunya pidió a los ciudadanos que el 21-D voten a fa-
BAÑO DE MASAS Puigdemont reitera los ataques a la UE y critica su complicidad con Rajoy
REACCIÓN EUROPEA Timmermans: “Todo el mundo puede expresar su opinión”, pero no “ignorar la ley”
vor de “la libertad y la dignidad”.
Los comentarios, la víspera, de Artur Mas sugiriendo que esta lista es realmente la heredera de Junts pel Sí no han caído bien en ERC. “Todas las listas tienen los mismos objetivos de entrada, que es restituir las instituciones democráticas, exigir la libertad de los presos políticos, recuperar la democracia (...) y construir la república”, replicó Rovira a través de la prensa. En su parlamento al final de la marcha, la candidata de ERC leyó una carta del cabeza de lista, Oriol Junqueras, enviada desde prisión. El 21-D “cada voto será un clamor por la libertad, para dejar atrás barrotes y represión, seguir adelante y ganar”.
El vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, se mostró poco impresionado por la movilización independentista catalana. “Todos los ciudadanos tienen el derecho de organizarse para expresar una ambición, un deseo político de cambio”, pero “lo que no es permisible en un Estado de derecho es simplemente ignorar la ley”, dijo el socialdemócrata holandés.