Turismo metropolitano
El distrito prepara un nuevo plan de movilidad con el objetivo de facilitar la vida al peatón
Los pisos turísticos se están extendiendo como una mancha de aceite más allá de Barcelona y, según un informe elaborado por LABturisme, de la Diputación de Barcelona, las viviendas de uso turístico aumentaron un 63% en el Baix Llobregat en tan sólo un año: al final del 2016 había 968 plazas.
Apurados repartidores en triciclos, motos aparcadas en mitad del camino, ciclistas extranjeros pedaleando en formación de bandada de patos y furgonetas haciendo las tareas de descarga. Caminar por las calles más viejas de Barcelona es una incómoda carrera de obstáculos. Aquí se registran 1,5 millones de desplazamientos cada día. Pero el Ayuntamiento está decidido a solucionar este histórico inconveniente. El distrito de Ciutat Vella está ultimando el plan de movilidad 2018-2023 con el objetivo principal de dar preferencia al peatón, invitar al paseo, favorecer los desplazamientos a pie... “Queremos facilitar la movilidad más sostenible propiciando una ordenación global del distrito –detalla Gala Pin, la concejal de Ciutat Vella–. No queremos poner pequeños parches”.
En estos momentos los técnicos municipales tratan de perfilar las primeras medidas de esta iniciativa. La reducción del uso del transporte privado es prioritaria. Para mejorar la movilidad cotidiana de Ciutat Vella el visitante ocasional del distrito debe entender que ha de llegar en transporte público. Ciutat Vella estudia ahora cómo optimizar la red de autobuses para facilitar los desplazamientos internos de un lado a otro del distrito, algo ciertamente difícil hoy por hoy.
La Via Laietana y el eje de Colom a la Ciutadella concentra la mayor saturación de circulación privada. Desplazarse desde la Barceloneta tampoco es fácil debido a las pocas salidas que hay, en las que se genera un efecto embudo. La mitad de los 137.000 vehículos que se mueven por el distrito cada día lo hacen de paso. La otra mitad, con origen o destino en Ciutat Vella, tiene graves problemas de aparcamiento. Tanto es así que los propietarios de turismos se están dando cuenta de que vivir en el centro de la ciudad y el coche son incompatibles. En los últimos seis años el parque de vehículos se ha reducido un 14% y la tasa de motorización, con 211 turismos por cada 1.000 habitantes, ya es la más baja de la ciudad. Los que se resisten a desprenderse del coche piden una tarificación reducida en aparcamientos públicos con plazas disponibles por la noche.
La situación para los que van en bici tampoco es mucho mejor. Una de las medidas que los técnicos están pergeñando es el diseño de una nueva red de carriles bici. Algunos de ellos permitirán atravesar el distrito de manera segura y otros dibujarán nuevos itinerarios que comunicarán unas callejuelas con otras. En Ciutat Vella se cuentan el triple de plazas de aparcamiento para bicicletas que en el resto de distritos pero en cambio los carriles bici son pocos y apenas tienen continuidad. Y además, las excursiones en grupo en bici o segway urgen a limitar sus movimientos por las calles peatonales para evitar que los problemas de convivencia vayan a más.
Por ahora, el diagnóstico del problema está mucho más claro que su solución. Los testimonios ciudadanos recogidos durante el proceso participativo de este plan retratan un distrito donde la sobreocupación de la vía pública dificulta los desplazamientos a pie de un lado a otro. Y no todo es culpa de los turistas en masa que suben y bajan por la Rambla. Las motos aparcan de cualquier modo en todos los rincones del Raval, los carritos de bebé apenas puede circular por las estrechas
MENOS TRANSPORTE PRIVADO La reducción del uso del coche se antoja fundamental para mejorar la convivencia
aceras de la Barceloneta, los encontronazos con los patinetes eléctricos de alquiler en el Gòtic y el frente marítimo son continuos, los bancos y zonas de descanso escasean por todo el distrito...
Y encima recorrer el Portal del Àngel a pie a las diez de la mañana podría considerarse un deporte de riesgo. Primero te tropiezas con una furgoneta maniobrando entre camiones para descargar lo más cerca posible de una tienda, luego te cruzas con 30 turistas siguiendo a su correspondiente guía, poco después una bicicleta hace eses a toda velocidad para sortear el tumulto... En el entorno del Palau de la Música y la calle Comtal, los vehículos de mercancías chocan con la concentración turística de la zona. Los vecinos, además, critican que muchas empresas incumplen la normativa de horarios de carga y descarga, otro de los retos importantes para mejorar la movilidad en el distrito con mayor actividad comercial.