Sensores con sello local
Hohner exporta un 70% de su producción a mercados extranjeros como Alemania y Asia
En un ascensor, informa de la velocidad y posición de la cabina; y en una línea de montaje de automóviles da a los brazos robóticos la información exacta para soldar en los lugares correctos. Son algunas de las funciones en las que interviene un encoder, un sensor que controla la posición, la velocidad o la aceleración en sistemas de control de movimiento. Hohner Automáticos, el único fabricante a nivel español de encoder óptico, usado en múltiples sectores, no sólo ha doblado la facturación en los últimos 5 años sino que ha conseguido que el 70% de su producción se exporte a mercados extranjeros, algunos tan exigentes, como Alemania y Asia.
Actualmente inmersa en un proceso de internacionalización, la firma, con sede en Breda y especializada en el diseño, fabricación y distribución de estas piezas, lidera proyectos de innovación en el control de maquinaria y automatización industrial en más de 30 países. Precisamente, acaban de abrir una oficina en Frankfurt. “Esto indica que nuestro producto tiene la suficiente calidad y precisión como para competir con los principales fabricantes alemanes. Es un gran éxito”, destaca su gerente, Laura Liarte.
Dotada de una plantilla de 75 trabajadores (20% de ellos son ingenieros), Hohner cuenta con partners en Singapur, Malasia, Tailandia, Vietnam e Indonesia. También está ampliando las relaciones comerciales en China, Rusia,
El objetivo de la firma es facturar en cuatro años 10 millones de euros y entrar en el mercado de los servos
Turquia, Sudáfrica, Estados Unidos y México. Otros de sus mercados son Italia, Francia y Portugal. Y España es desde hace años uno de sus principales con un 30% de la facturación.
Pero además de la internacionalización, su plan estratégico se centra en el desarrollo de los productos. Más allá de los sensores, usados en packaging, robótica, industria alimentaria o textil, entre otros sectores, la previsión es entrar en el mercado de los servos, un motor eléctrico que puede ser controlado tanto en velocidad como posición. “Un nuevo producto muy exigente que nos puede dar una proyección internacional y requiere mucha inversión en desarrollo”, agrega Liarte, que desde hace 10 años lidera con Pep Bruguera la firma, cuyos orígenes se remontan en 1983, cuando fue fundada por su padre, Juan Liarte.
Hohner, que ha invertido en I+D más de 400.000 euros y en el 2016 recibió el reconocimiento como caso de éxito empresarial de la FOEG, cerrará este 2017 con una facturación de 8 millones de euros (7,6 millones en el 2016) y la previsión es alcanzar en cuatro años los 10 millones de euros.
Otros retos de la firma son potenciar el mercado online (que ofrece recambios) y de marketplaces; así como la ampliación de las actuales instalaciones de 2.000 metros cuadrados. Aunque este último no depende únicamente de ellos. El proyecto ya está listo, pero está en manos del Ayuntamiento consolidar el polígono.