La Vanguardia (1ª edición)

EDUARD FERNÁNDEZ ACTOR

“En este país ya se puede ser famoso sin saber hacer nada”

- FERNANDO GARCÍA

Eduard Fernández disfruta estos días del éxito de Perfectos desconocid­os, incisiva comedia de Álex de la Iglesia en la que comparte cartel con Ernesto Alterio, Belén Rueda, Eduardo Noriega, Juana Acosta, Pepón Nieto y Dafne Fernández. Mayor protagonis­mo tiene en la serie La zona, de Movistar+, donde ejerce de policía competente y algo amargado. Otro año triunfal para un actor de trayectori­a ampliament­e reconocida. ¿O no? Él, hombre sincero donde los haya, reconoce que tiene una espina clavada con los Goya. Y, aunque ya le han dado un par, le gustaría llevarse algún otro. Pero no es que le obsesione: lo importante en su vida es actuar. A ser posible sin que aquellos que sólo buscan la fama le dejen trabajar en paz.

En Perfectos desconocid­os encarna a un cirujano plástico con secretos de pareja. Muy convencion­al. ¿Le va ese tipo de papel o lo prefiere más épico?

Todos tienen su cosa. Si un personaje me da pereza o lo veo con prejuicio, en cuanto me pongo a interpreta­rlo empiezo a entretener­me y se me pasa. Me digo: ‘Lo que le ocurre a este es tal cosa y piensa esto o lo otro’… Meto las manos en la harina y

lo disfruto. ¡Me gusta mi oficio!

Esta última película es muy coral pero con duelos. En estos casos se habla de competenci­a entre actores. ¿Ha pensado alguna vez: ‘Yo a este me lo como’ o ‘Esa quiere robarme plano’?

Alguna vez me he encontrado con un actor o actriz que chupaba plano. Me parece muy bajo. No hay que hacerlo. Es feo. Cada uno tiene que hacer su trabajo. Yo soy un tío de equipo. Tengo claro que cuando me contratan para actuar en una película mi función es ayudar al director a contar lo que le apetece. En cine tienes que ir codo a codo con los demás. Si el que lleva la iluminació­n te da una cierta luz, a lo mejor ya expresa mucho de lo que tú necesitas expresar. Es lo que me emociona de lo que hacemos: gente de distintos oficios que sabe mucho de lo suyo y trabaja en común para lograr una misma cosa. Precioso.

¿La gente joven y con hambre de triunfo tiende a ese tipo de disputa con los consagrado­s?

No distinguir­ía entre jóvenes y mayores, sino entre los que quieren hacer de actor o actriz y los que van a por cosas aledañas, como buscar la fama y trabajarse el photocall. Ahora hay mucho de eso. Pero tenemos la ventaja de que en este país ya se ha instaurado el oficio de famoso. Hablo de personas que salen en la tele porque son famosas. Pueden no saber hacer nada. Es fantástico.

Lo dice con ironía, claro.

Veo estupendo que esté diferencia­do el oficio de los famosos. Así no se inmiscuyen en mi trabajo.

Le han nominado a los Goya diez veces y le han dado dos. ¿Se siente justamente tratado?

Me hubiera apetecido ganar alguno más, por alguna película. Tal vez se lo dieron a un compañero al que no se lo habían dado el año anterior aunque se lo merecía, y así le compensaba­n. Ocurre mucho en los premios. Pero sí, francament­e me gustaría llevarme algún Goya más. Hace mucho que no gano uno (desde el año 2003).

¿La capacidad de interpreta­r le resulta útil en la vida?

No me lo parece. Cuando estuve un tiempo viendo a una psicóloga, ella me decía que los actores somos complicado­s porque mentimos muy bien, incluso a nosotros mismos. Igual sí. Pero al final, con la edad, comprendes que hay una tabla rasa que nos iguala a todos y que para ser más feliz debes ser menos mentiroso, más limpio; ir a lo esencial de la vida.

Me llama la atención que me diga lo del psicólogo.

Porque me parece muy natural. Y

entre los actores es muy común. Trabajas con material humano, con material sensible. Y es bueno conocerse a uno mismo; conocer las trampas que uno puede tenderse para engañarse; identifica­r el guión de vida que tienes y te han marcado tus padres, y ver si algunas cosas se pueden revisar. Un profesiona­l que conoce bien cómo funciona la psicología te puede ayudar a dejar de hacer algunas cosas o de cumplir parte de ese guión. Es como una parte de la cultura general. Es bueno reconocer cómo funcionamo­s los humanos; adquirir herramient­as para manejar las relaciones, que es algo donde todos tenemos tantísimo que aprender.

¿Y el humor no ayuda?

Empiezo a creer que la comedia es el género más profundo y completo. Te permite dar un paso atrás y ver la humanidad con un poco de distancia; ver con perspectiv­a el modo de comportarn­os los hombres y las mujeres.

Le conocí en Brasil, en el rodaje de la miniserie del padre Casaldàlig­a, Descalç sobre la terra vermella. Me dijo que él le había marcado. ¿Le influyen sus personajes?

Eso fue excepciona­l. Porque el padre Casaldàlig­a lo es. Y conocerlo fue un acontecimi­ento único en mi vida. Él tendría mucho que enseñar a los políticos de ahora, sobre todo en cuanto al valor de la palabra.

No le gustan estos políticos.

No sé si hay alguno con verdadero peso moral, que sepa hablar y convenza. Unos pueden gustarte más que otros, pero no se ve a ninguno que impresione.

Usted es un actor de puente aéreo entre Barcelona y Madrid. ¿Cómo ha vivido el conflicto en torno al referéndum?

Con mucha angustia. No soy independen­tista. Me duele haber sentido que no podía ir a la fiesta nacional de mi pueblo o nación. Poco a poco, me di cuenta de que se trataba de una fiesta independen­tista. Y, al no querer que me contabiliz­aran como lo que no era, pues no podía ir. Me parece francament­e feo y me sienta mal personalme­nte. Veo una barbaridad que eso se promoviera desde el Govern. Se gobierna para todos. En cuanto a lo vivido en los últimos meses, creo que en ese proceso hacia la independen­cia tendrían que haber sido impecables y no lo fueron. Respecto al Gobierno central, gobernar es hablar. Eso también ha faltado, y ha sobrado lo de meter gente en la cárcel.

Otro asunto de lamentable actualidad es el escándalo Weinstein. En España ha habido algunas quejas por abusos sexuales. ¿Cree que pueden ir a más?

Les tengo un absoluto respeto a las mujeres. Vivimos en una sociedad machista y eso lo tenemos instalado en el cerebro. Por ello nos puedan parecer normales algunos gestos que no lo son en absoluto. Lo pienso mucho, entre otras cosas porque tengo una hija. El otro día me contó que le había dado un tortazo a un tipo en una discoteca porque le había tocado el culo. Le dije: “¡Ole, hija mía, así me gusta!” En cuanto a ese escándalo: aprovechar­se de una posición de poder para obtener un favor sexual, con una promesa de por medio como puede ser la de un papel en una película, eso lo encuentro realmente grave, muy cerdo. No se puede permitir. Y no, aquí yo no lo he visto en mi entorno ni me lo han comentado, la verdad.

Volviendo a su trabajo, ahora podemos verle en una serie, La zona. No sé si el debate sobre si las series son o no cine está superado.

Yo creo que sí. A mí el soporte es que me da igual. Lo que quiero es contar una buena historia, y no me importa si es cine, serie o teatro. Como si son marionetas, aunque de eso sé menos. Las series, además, pueden dignificar un poco la televisión, y eso está bien.

Algunos actores se plantean pasar al otro lado de la cámara. ¿A usted le apetecería? ¿Lo piensa?

Sí, sí, puede ser. Estudié dirección antes que interpreta­ción, en Barcelona. Y a los 15 y 16 años veía tres películas al día en la Filmoteca. Tomaba apuntes y hacía fichas. Me encantaba. Esa inquietud está ahí, y quiero contar historias. Pero necesito motor; que alguien empiece y ya entonces yo sigo. Hacer un corto estaría bien, de entrada. Pero me cuesta arrancar.

¿Es un poco vago?

Se trata de algo peor. Tengo una autoexigen­cia tan alta que nada puede estar al nivel de la gran obra que quisiera y debería hacer. Puedo empezar, pero, si no es lo máximo, lo dejo.

Puede sonar a soberbia.

Suena, suena, claro que sí.

¿No podría intentar algo con un poco de humildad?

Sí, bueno, pero entonces tendría que ir a la psicóloga para que me lo dijera: “Haz algo aunque no sea un diez, Eduard”. En fin, sí, quizá podría hacer un corto sin más. A lo mejor lo hago. Sería bueno para mí.

Pues dicho y escrito queda.

“Francament­e, me gustaría llevarme otro Goya: hace 14 años que me dieron el segundo y último” “Me duele que los independen­tistas se hayan apropiado de nuestra fiesta nacional, la Diada”

 ??  ?? El actor barcelonés se declara partidario de visitar de vez en cuando al psicólogo para conocerse mejor. “Entre los actores es muy común: trabajas con material humano, es decir, con material sensible”, afirma
El actor barcelonés se declara partidario de visitar de vez en cuando al psicólogo para conocerse mejor. “Entre los actores es muy común: trabajas con material humano, es decir, con material sensible”, afirma
 ??  ??
 ?? DANI DUCH ??
DANI DUCH

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain