Despertando
Es un poco triste tener que ir por el mundo continuamente y llegar de vuelta aquí. Hace unos días tuve el privilegio de asistir a una gran conferencia en la escuela de dirección de empresas de Wharton, en Philadelphia, con casi 300 asistentes involucrados –porque todo era a base de trabajar en equipo– sobre el tema Reimaginando la Educación. Naturalmente, todo el mundo estaba interesado en saber cómo será la educación en general, pero sobre todo en dirección de empresas, en el futuro. De allí me fui a la escuela de dirección de empresas de Harvard, donde tenía que dar unas clases y donde también se formulan la pregunta aunque no dudan de que su gran aportación, el método del caso, seguirá siendo clave en el futuro. El método consiste en que los alumnos se hayan estudiado un problema real de la empresa y la clase consiste en una discusión entre todos, conducida por el profesor, buscando llegar a una solución al problema empresarial estudiado. Y esto tres o cuatro veces al día.
El tema digital sin duda tendrá y ya está teniendo un impacto relevante en la formación para la dirección de empresas y eso lo ven en Harvard y en Wharton. Si un profesor va a impartir una clase proyectando sus ideas en la pantalla de la clase y leyendo lo que proyecta, muchos alumnos se preguntarán: ¿por qué no nos ha enviado esto por e-mail? Lo podríamos haber leído y no necesitábamos estar en la clase. Pero si miras desde fuera de las clases de Harvard, por la ventanita que hay en la puerta de atrás, ves que dentro hay una actividad tremenda entre el profesor y los alumnos. Los alumnos piden la palabra, el profesor se la da a uno, luego a otro que le discute al anterior lo que ha dicho, luego a un tercero que los coordina y avanza, y el profesor va apuntando en la pizarra los puntos relevantes de la discusión. Esto sería muy difícil hacerlo desde casa con el ordenador.
Además, con la calidad y la diversidad del grupo –gente muy preparada de multitud de nacionalidades y experiencias–, lo que pasa entre clase y clase, en los tiempos asignados para prepararlas, o en los espacios libres (comidas, descansos) es también importantísimo. En estos espacios, durante un año y medio, se fraguan amistades que serán importantes para toda la vida. La revista de Harvard publica una lista de los 100 líderes empresariales más importantes y muchos tienen un máster MBA. Martin Sorrell, presidente de la WPP, la empresa más importante de publicidad; Paul Polman, presidente de Unilever; Sergio Marchione, presidente de Fiat-Chrysler; Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola; Jamie Dimon, presidente de JP Morgan Chase; John Wren, presidente de Omnicom. Y un largo etcétera. Todos estos personajes están conectados a su escuela y sin duda han ayudado a entrar y a salir colocados a muchísimos candidatos y la mayoría han ayudado a su escuela a crecer y mejorar. La conclusión de reimaginar la educación es que la creatividad, la imaginación y la tecnología han de aportar muchísimo al contenido de la clase, que la clase, en la escuela de negocios, seguirá siendo crucial en la formación y que traer la realidad empresarial a la clase, con el método del caso, seguirá siendo fundamental. Para mí, fue también importante que durante cuatro días en estas famosas escuelas americanas, no salió ni una vez la palabra Trump. Nadie está de acuerdo con Trump, la prensa lo pone horrible, pero la gente se preocupa de sus cosas, sus empresas, sus inversiones, sus grandes universidades, su educación y pasa totalmente de él. América va bien y seguirá yendo bien gracias a los americanos y a pesar de Trump. Si dejamos de hablar de nuestros inútiles y nos lanzamos a lo nuestro, las cosas pueden ir muy bien, el mundo empresarial está bien despierto aunque muchos líderes políticos sigan durmiendo. A la educación por internet en América la llaman distance learning, es decir, aprendizaje a distancia. Nosotros estamos inventando el distance politicquing.
Si no hablamos de nuestros inútiles y vamos a lo nuestro, todo irá muy bien