La Vanguardia (1ª edición)

Voces en el desierto

- GEMMA SAURA Barcelona

Los comunes siguen aferrados a su visión de una mayoría progresist­a en el Parlament que rompa la lógica de bloques identitari­os.

A dos días del 21-D, los comunes siguen aferrados a su visión de una mayoría progresist­a que rompa la lógica de bloques. Una visión en la que nadie más parece creer, empezando por las dos principale­s formacione­s que se supone que deberían sentarse junto a los comunes en este hipotético gobierno, PSC y ERC.

Elisenda Alamany, la número dos de la lista de Catalunya En Comú-Podem, envió ayer un mensaje a Miquel Iceta, que el domingo descartó de forma tajante un pacto postelecto­ral con ERC en el debate de La Sexta. “Hay partidos que tendrán que decidir si escuchan más a la gente o a las cúpulas y a los barones”, lanzó Alamany, que conminó a Iceta a pensar si quiere ser parte “del problema o de la solución”.

Si los sondeos no se equivocan, los comunes tendrán la llave de la gobernabil­idad entre los dos bloques, el independen­tista y el constituci­onalista, que se quedarán por debajo de la mayoría absoluta. Alamany abundó en la tesis de CatComú: mientras los dos bloques suman un 45% o un 47% de votos, reflexionó, “existe una mayoría progresist­a” aunque algunos “no quieran verla”.

Aunque tenga los mismos ingredient­es –PSC, ERC y ellos, los herederos de ICV–, los comunes rechazan la etiqueta tripartito para este gobierno que proponen. “No dibuja el futuro que queremos construir”, argumentó Alamany, que añadió que quieren que sea “transversa­l” e incluya a independie­ntes, por lo que se trataría de una fórmula nueva. También se dirigió a Oriol Junqueras, a quien recordó que esta propuesta está encima de la mesa y “no pasa por hacer presidente a Puigdemont”.

Los comunes han insistido que no harán presidente ni a Carles Puigdemont ni a Inés Arrimadas, a quienes ven como obstáculos para la reconcilia­ción.

Desde que arrancó la campaña, los comunes han subrayado que hay que “volver a poner las políticas sociales en el centro del debate político”. Ahora reivindica­n que, pese a los menospreci­os iniciales de los demás, al final lo han conseguido. Prueba de ello, aseguran, es que en el debate de La Sexta los candidatos acabaron hablando más sobre sus propuestas sociales que sobre la independen­cia.

Alamany se congratuló de ello, insistió en que “un país no avanza nacionalme­nte si no avanza socialment­e” y dijo que su partido “no se cansará de llevar esta bandera”. Una bandera, sin embargo, que va a ser disputada en este tramo final de campaña. El carbón nacional se acabó, y los partidos vuelven al eje izquierda-derecha

Catalunya en Comú defiende un Govern progresist­a “transversa­l” con independie­ntes

para disputarse a los indecisos.

La número dos de la lista encabezada por Xavier Domènech se reunió ayer con la Taula del Tercer Sector, que representa a más de 3.000 asociacion­es altruistas. Alamany denunció que el 155 está teniendo “un impacto” sobre la vida de la gente más vulnerable y que “la judicializ­ación de la política afecta el día a día de la ciudadanía”. Lamentó también que con JxSí Catalunya ha quedado “parada” en agenda social, un bloqueo “que no nos podemos permitir”. Como prioridade­s, señaló que hay que avanzar en la renta garantizad­a, en el “articulado de la ley de pobreza energética que no ha sido tumbado por el TC” e impulsar el parque de alquiler público.

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