La derecha retoma el poder en Chile
EL conservador y millonario Sebastián Piñera, de 68 años, ha ganado ampliamente las elecciones presidenciales en Chile tras imponerse en la segunda vuelta por el 55% de los votos a su principal adversario, el senador Alejandro Guillier, líder del centro izquierda y heredero de Michelle Bachelet, la actual presidenta, que por ley no ha podido optar a la reelección.
Piñera, uno de los hombres más ricos del país, regresará en marzo al Palacio de la Moneda, que ya ocupó entre el 2010 y el 2014 tras ganar a Bachelet después de su primer gobierno. Fue entonces el primer presidente conservador del país después de la dictadura de Pinochet y ahora, cuatro años después, ha obtenido la mayor votación de la historia reciente para la derecha en unas elecciones presidenciales. Esta victoria de Piñera en Chile cierra el fin de un ciclo de predominio de la izquierda en Latinoamérica, después del triunfo de los también conservadores Mauricio Macri en Argentina, Michel Temer en Brasil y Pedro Pablo Kuczynski en Perú.
Bajo su último mandato, Bachelet ha logrado impulsar una serie de reformas progresistas que han sacudido la conservadora sociedad chilena, como ha sido el caso del matrimonio homosexual, la despenalización del aborto y la gratuidad de la educación, que aún está pendiente de debate en el Parlamento. Pero los escándalos de corrupción que han afectado a su gobierno, e incluso a su propia familia, así como la debilidad del crecimiento económico, han hecho perder posiciones a la izquierda, como también sus propias divisiones internas, y han llevado a la victoria a la derecha.
El triunfo de Piñera, que por el momento no cuestiona las reformas de Bachelet, se ha producido principalmente por sus propuestas económicas y su promesa de crear 600.000 empleos, en el marco de un proyecto de modernización del país y de creación de un escenario de igualdad de oportunidades para todos. La mejora de las perspectivas económicas para el 2018, después de cuatro años de escaso crecimiento, le acompaña gracias a la recuperación del precio del cobre, metal del que Chile es el mayor productor del mundo, y del que dependen la mitad de sus exportaciones.
Piñera, pese a su victoria, deberá llevar a cabo una intensa negociación con los diversos grupos del Parlamento, que quedó muy fragmentado después de las pasadas elecciones legislativas. De entrada cuenta con el apoyo de la extrema derecha, pero en sus primeras palabras al país ha hecho un llamamiento al diálogo y a la colaboración con todas las fuerzas políticas ya que, según ha dicho, “cuando los chilenos se han unido es cuando han conquistado sus más grandes triunfos”.