Los votos de Rivera
Recuerdo siempre los refranes que mi madre utilizaba cuando la ocasión lo requería. Visto lo visto, uno de ellos viene muy a menudo a mi memoria, y creo que resulta muy acertado: Del agua mansa líbreme Dios, que de la brava me libraré yo. Hoy hay políticos con una cara tan guapa y dulce que enamoran. Pero cuando empiezan a hablar, vemos claramente que pueden ser el lobo de Caperucita.
Dicen que gobernarán para todos los catalanes. No es cierto. Con el insistente apoyo a la aplicación del 155, por favor, no sean tan hipócritas y reconozca, señor Rivera, que lo único que a usted le importa es aplastar el innato deseo de verdadera democracia de los catalanes. Se ha dado cuenta, como también le pasó a Aznar, que ir contra el pueblo catalán genera votos. Usted también ha hecho suyo el grito inhumano de “A por ellos”. Que Dios le dé la gracia de no conseguirlo.
PILAR NOCI SÁNCHEZ Suscriptora Barcelona