¿Estuvo Igor el Ruso en Susqueda?
Ni un solo dato vincula, hoy por hoy, al asesino de dos guardias civiles en Teruel con el crimen del pantano
Todo el mundo es sospechoso hasta que no se demuestre lo contrario. La máxima se aplica desde el pasado 24 de agosto en la investigación por el asesinato de Paula Mas Pruna y Marc Hernández López, la pareja de 21 y 23 años, asesinada en el pantano de Susqueda. Sus cadáveres, que aparecieron un mes después, ofrecieron a los investigadores claves para dar con los criminales. Por ejemplo, que el arma de fuego utilizada para matar a la joven provocó unos orificios de entrada y salida compatibles con una munición del 9 mm parabellum. Compatible no necesariamente quiere decir que fuera el calibre utilizado.
En cualquier caso, las balas del 9 mm parabellum son actualmente el único elemento que vincula el crimen de Paula y Marc con Nobert Feher o Igor el Ruso, el exmilitar serbio que la semana pasada mató a dos guardias civiles y a un ganadero en Teruel. Los investigadores han empezado a reconstruir los pasos del hombre desde que se le perdió la vista, el pasado abril en Italia, de donde huyó tras otros tres asesinatos. La Guardia Civil analizará, uno a uno, los crímenes pendientes de resolver en todas las zonas en las que se pudo mover para comprobar si estuvo relacionado.
En línea recta, 370 kilómetros separan el pantano de Susqueda de Albalate del Arzobispo, en Teruel. Cualquier elemento que en el futuro relacione al serbio con el paraje en el que fueron asesinados Marc y Paula será seguido de una llamada a los Mossos d’Esquadra, que prosiguen con sigilo la investigación por el doble crimen.
Igor el Ruso llevaba huyendo desde abril, cuando mató al dueño de un estanco en la localidad italiana de Budrio, donde también asesinó a un camarero. Previamente, en Portomaggiore, asesinó a un guardia forestal. En Italia se le bautizó como el Rambo de Budrio por su estética paramilitar, que mantenía cuando fue detenido el jueves pasado en Cantavieja (Teruel).
En las últimas semanas, el hombre sobrevivió escondido en el bosque, durmiendo en casas abandonadas o en segundas residencias vacías en las que entraba para conseguir algo de comida y abrigo. Fuerte y resistente, los investigadores aseguran que se movió a pie, preferentemente por la noche para no ser visto y armado con dos pistolas, una Beretta y una Smith and Wesson que se trajo de Italia. ¿Pudieron ser Susqueda y sus masías abandonadas su escondrijo antes de llegar a Teruel? Nadie de las muchas personas que han sido interrogadas lo ha descrito. Pero le toca a la Guardia Civil rehacer ahora sus pasos.
La Guardia Civil rehará los pasos del exmilitar serbio para descartar que esté implicado en otros crímenes sin resolver