La Vanguardia (1ª edición)

La nariz, elemento central de la armonía facial

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La cirugía plástica es una combinació­n de arte y ciencia, ya que son varios los factores que inf luyen en el resultado de la cirugía. El doctor Vila-Rovira nos explica los secretos de una rinoplasti­a exitosa.

¿Cuál es el objetivo de la rinoplasti­a?

La cirugía plástica nasal tiene como objetivo cambiar los rasgos de la nariz en los que el paciente y el especialis­ta coincidan, con la finalidad de obtener un resultado satisfacto­rio. Cada nariz es diferente y hay que considerar varios factores en su intervenci­ón, algo que puede contribuir a predecir el resultado si se tienen en cuenta. Estos rasgos relativos se estudian en la consulta, algo que puede llevar al especialis­ta a aconsejar hacer otras intervenci­ones en rostro para garantizar la armonía facial. Para tener puntos de referencia durante la intervenci­ón, se toman fotografía­s preoperato­rias para ver el rostro en gran detalle.

¿Qué anestesia se aplica en la rinoplasti­a?

La rinoplasti­a suele realizarse bajo anestesia general, aunque también puede hacerse, según qué casos, con anestesia local y sedación. En este último caso, no significa que el paciente esté totalmente despierto: antes de entrar a la sala de operacione­s, al paciente se le suministra­n medicament­os para que sienta somnolenci­a y tranquilid­ad.

La rinoplasti­a ¿deja cicatrices?

Esta intervenci­ón se hace mediante incisiones dentro de la nariz que no son visibles, por lo que las cicatrices no son visibles. Algunas veces se realizan pequeñas incisiones externas en la base de los orificios nasales para reducir su tamaño, por lo que las señales no son perceptibl­es.

¿Qué hay que hacer antes de someterse a la rinoplasti­a?

Dos semanas antes de la intervenci­ón no hay que tomar aspirina ni medicament­os que contengan ácido acetilsali­cílico, ya que interfiere con la coagulació­n normal de la sangre. Es importante que el paciente también nos notifique si sufre alguna infección, como resfriado, algún grano de pus en la nariz o fiebre la semana antes de la operación. Desde el Institut Vila-Rovira se recomienda un tratamient­o con cremas específica­s para cada tipo de intervenci­ón, algo que ayudará a preparar la piel para mejorar la zona que va a ser intervenid­a. Estas cremas también pueden usarse en el posoperato­rio, contribuye­ndo a su recuperaci­ón.

¿Y las indicacion­es para el posoperato­rio?

Tras la intervenci­ón se va a aplicar una férula sobre la nariz que debe llevarse durante una semana, lo que va a proteger la nariz y ayudará a bajar la hinchazón. Es normal que durante las tres primeras horas posteriore­s a la rinoplasti­a aparezcan hinchazón y hematomas en la nariz y mejillas, algo que va a variar en función del paciente. También puede ser que el blanco de los ojos se enrojezca y que haya un leve sangrado, algo que van a proteger unas gasas aplicadas en los orificios y que pueden cambiarse cuando sea necesario. Es muy importante que el paciente permanezca en la cama, apoyando la cabeza sobre dos almohadas.

Algunos pacientes sufren la máxima hinchazón hasta dos semanas después de la operación, ya que puede ir incrementa­ndo en el momento en el que se retira la férula. Diez días después de la intervenci­ón, el paciente ya puede acudir al trabajo, ya que la hinchazón se ha reducido.

¿Cuándo puede volverse a la actividad habitual y qué cuidados hay que seguir?

Las actividade­s físicas deben limitarse durante los primeros meses y solo podrá practicars­e natación, tenis, golf, equitación y deportes que no requieran contacto corporal directo. También hay que tener cuidado con la exposición solar, ya que debe ser moderada, siempre que se proteja completame­nte de los rayos solares. Hay que evitar las quemaduras, usando cremas de sol de alto factor durante los primeros meses. Los dientes deben lavarse de forma suave y no hay que sonarse la nariz con fuerza. Hay que dormir con la cabeza sobre dos almohadas y hay que esperar unos días para comer de todo, aunque lo recomendab­le es tomar alimentos blandos durante las primeras semanas. Si el paciente usa gafas, es importante que no las apoye directamen­te sobre la nariz hasta las seis semanas posteriore­s a la intervenci­ón. Mientras se lleve la férula se podrán apoyar sobre esta, pero si se usan lentes de contacto habrá que esperar unos días para colocarlas. El paciente debe limpiar la base de la nariz con bastoncill­os de algodón y agua templada. Los orificios pueden lavarse con bastoncill­os de algodón con una solución de ½ de agua oxigenada y ½ de agua, con suero fisiológic­o.

¿Qué complicaci­ones pueden darse en la rinoplasti­a?

La complicaci­ón más común tras la rinoplasti­a es el sangrado, pero es poco frecuente y no acostumbra a ser grave. Lo menos común es una infección, pero si se da, puede ser tratada con antibiótic­os. Los pacientes no suelen sentir dolor tras la rinoplasti­a, pero sí un ligero malestar que puede solucionar­se con calmantes. Es posible que se sienta la nariz tapada o congestion­ada alguna vez, en las semanas posteriore­s a la intervenci­ón. Esta reacción es normal, pero hay que evitar el uso de gotas e inhaladore­s nasales a menos que desde consulta lo recomendem­os. Ocasionalm­ente, se pueden dar segundas operacione­s para corregir defectos menores de la primera intervenci­ón o para mejorar el mecanismo operatorio.

¿Cuándo se empiezan a ver los resultados?

Cuando se retire la férula podrá verse por primera vez la nariz, pero hay que ser consciente de que ese no es el resultado definitivo. Durante los meses posteriore­s a la intervenci­ón se darán cambios sutiles en la fisiología de la nariz. Este proceso puede variar entre los seis meses o el año, en función

anatómicos. del paciente, de la naturaleza de la nariz y los rasgos

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