Ucrania detiene a un “espía ruso” infiltrado en el corazón del Gobierno
Era parte del círculo íntimo del primer ministro Volodimir Groisman y su traductor
Si la acusación resulta cierta, Ucrania tenía al enemigo en la misma cocina. Los Servicios de Seguridad ucranianos (SBU) han llegado hasta la oficina del primer ministro del país, Volodimir Groisman, para detener a uno de sus más cercanos colaboradores, un hombre que le ha servido incluso como traductor en importantes viajes a Estados Unidos o Gran Bretaña. El jefe del Gobierno ucraniano agradecía ayer “el profesionalismo y la vigilancia” de la seguridad del país, aunque han tardado varios meses en dar con quien, según aseguran en Kíev, llevaba trabajando para el espionaje ruso al menos dos años. Oficialmente, Moscú dijo ayer desconocer el caso.
El funcionario sospechoso fue detenido el miércoles en su propio despacho, en la sede del Gobierno ucraniano, y ayer fue identificado por los medios locales como Stanislav Yezhov. En un vídeo del canal ucraniano Direct, difundido luego en YouTube, se ve a varios agentes llevando a Yezhov hasta aun automóvil. Luego registraron su lugar de trabajo y su casa.
Vadim Denisenko, portavoz del Gobierno en la Rada Suprema (el Parlamento ucraniano), aseguró que el SBU “tenía desde hace bastante tiempo información de que este hombre llevaba a cabo actividades ilegales”. Antón Geraschenko, que es diputado y consejero del ministro del Interior, aseguró que el detenido “trabajaba para los servicios especiales de Rusia al menos durante los dos últimos años”. Detalló, además, a los periodistas que fue reclutado “mientras trabajaba en la embajada de Ucrania en Estados Unidos hace varios años”. Y advirtió de la presencia de “muchos agentes rusos” infiltrados en las instituciones del Gobierno ucraniano. “En primer lugar, están nuestras Fuerzas Armadas, nuestra Policía Nacional, el Gobierno y las agencias de la ley, así como los cuerpos de Seguridad y Defensa”, enumeró.
El SBU descubrió su situación y “logró documentar que Yezhov recibía instrucciones de sus supervisores y reunía información sobre las actividades del Gobierno ucraniano utilizando un equipo electrónico especial”, dijo ayer el gabinete de prensa de los Servicios de Seguridad ucranianos.
Acusado de traición, según las leyes del país podría ser condenado a entre 12 y 15 años de prisión si es hallado culpable, así como perder sus propiedades.
En Moscú, las autoridades intentaron ayer no profundizar en el caso. “Hemos leído las noticias, pero no tenemos información”, se limitó a decir el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.
Sí ofreció una reacción política por Twitter Natalia Poklónskaya, quien hasta el 2014 trabajó como fiscal en la península de Crimea bajo control ucraniano y apoyó la anexión de ese territorio por parte de Rusia. “Aconsejo a los servicios de seguridad SBU: buscad la mano de Washington y empezad con Bánkova”, tecleó refiriéndose a la calle donde se encuentra la oficina del presidente de Ucrania, Petró Poroshenko. “En todas las esquinas imaginan la famosa ‘mano de Moscú”, se quejó. Poklónskaya fue nombrada fiscal jefe de la Crimea bajo control ruso, y hoy es diputada en la Duma Estatal de Moscú por el partido gubernamental Rusia Unida.
Los gobiernos de las antiguas repúblicas soviéticas de Rusia y Ucrania tenían una colaboración muy cercana hasta ese año, incluido en lo que se refiera a sus servicios de seguridad. La revuelta prooccidental del Maidán y la expulsión del presidente prorruso Víktor Yanukóvich los alejó, y terminaron enemistándose después de que Rusia se anexionase Crimea y apoyase a los separatistas del este de Ucrania en la guerra que hoy sigue abierta y que, según la ONU, ha causado más de 10.000 muertos.
Stanislav Yezhov formaba parte del círculo íntimo del primer ministro Groisman. Además de haber trabajado en Washington en la embajada ucraniana en EE.UU., antes de ejercer como alto funcionario
Fue reclutado al menos hace dos años y, entre otras, estuvo en reuniones con Joe Biden o Theresa May
del Gobierno también prestó servicios en la Administración presidencial.
En su calidad de ayudante e intérprete, acompañó a Groisman en todos sus viajes y reuniones internacionales, y entre otros destinos estuvo con él en Washington y Londres. Según la televisión británica BBC, en la capital estadounidense asistió a una reunión con el exvicepresidente Joe Biden, y en la británica participó en un encuentro con la primera ministra Theresa May en el 10 de Downing Street.