Trump firma la reforma fiscal para los medios
El presidente Trump tenía previsto irse ayer a Mar-aLago, su mansión en la costa de Florida, dejando para la primera semana de enero la firma de la reforma fiscal. En una demostración de ese maridaje que se compone de su fina epidermis y su continuo seguimiento de la televisión, ordenó que se preparara todo rápido y corriendo. La ceremonia y los fastos ya vendrán, pero rubricó la ley para que no le acusen de incumplimiento. “Estaba viendo las noticias y decían ‘¿mantendrá su promesa y firmará antes de Navidad?’. Así que he llamado abajo y les he dicho que lo tuvieran todo listo”. Su frase no hace más que confirmar que vive pendiente de lo que se dice de él. Invitó al pool de periodistas de la Casa Blanca a que dejaran constancia del momento, en el que también aprovechó para firmar el acuerdo para financiar el techo de la deuda gubernamental y la provisión de 4.000 millones de dólares para mejorar el sistema de misiles defensivos. Trump insistió en que la reforma fiscal “es el mayor recorte de impuestos de la historia”, lo que no es cierto, según los expertos. También alardeó de haber firmado más proyectos legislativos en un año que ningún otro presidente desde Truman. En realidad es todo lo contrario, pero subió al avión más que feliz.