La Vanguardia (1ª edición)

La Comisión Europea no se mueve, Berlín pide diálogo y respeto a la ley

Los liberales europeos celebran la victoria de Ciutadans y piden generosida­d

- BEATRIZ NAVARRO Bruselas

Las elecciones catalanas del 21 de diciembre pillaron a las cancillerí­as e institucio­nes europeas bajando la persiana y preparándo­se para las vacaciones de Navidad. Las reacciones llegaron con cuentagota­s, marcadas por cierta sensación de hastío que el independen­tismo no renuncia a quebrar en los próximos meses para lograr una implicació­n europea en el conflicto catalán.

La Comisión Europea, que ayer ya no celebró su cita diaria con la prensa internacio­nal y no lo retomará hasta después de Año Nuevo, hizo saber a través de un portavoz que su posición no ha variado. “Nuestra posición en este asunto es bien conocida y ha sido reiterada a menudo y en todos los niveles. No tenemos ningún comentario que ofrecer sobre el resultado de esta elección regional”, declaró el portavoz comunitari­o, restando relevancia al carácter plebiscita­rio que tanto el bloque independen­tista como el constituci­onalista habían dado a los comicios del jueves.

De todos los grupos políticos del Parlamento Europeo la reacción más relevante fue la de los liberales (ALDE), la familia a la que están adscritos tanto Ciutadans como el PDECat. Su presidente, Guy Verhofstad­t, no dudó en posicionar­se una vez más aunque haciendo un llamamient­o a la generosida­d de todas las partes para encontrar una solución. “Felicidade­s a Inés Arrimadas y Ciutadans, que se han convertido en el mayor partido de Catalunya. El desafío más difícil sigue ahí: encontrar un camino común que sane la sociedad catalana”, tuiteó Verhofstad­t junto a un dibujo de un corazón con los colores de las banderas de Catalunya, España y la UE. “Ahora debe prevalecer la generosida­d de todos”, pidió el líder de los liberales europeos.

Por su parte, Gianni Pittella, jefe del grupo socialista, opinó que las elecciones “confirman la fractura social” y pidió al próximo presidente de la Generalita­t que trabaje “para todos los catalanes y por la reconcilia­ción”. El resto de grupos políticos calló. Sí hubo un comunicado de la plataforma EU-Catalonia, a la que están adheridos 19 eurodiputa­dos de varias familias ideológica­s, sobre un total de 751, que pidió diálogo y libertad para los “políticos y activistas catalanes en prisión”.

La cuestión catalana surgió ayer en la comparecen­cia semanal del portavoz del gobierno de Alemania, actualment­e en funciones, que pidió a todos los actores políticos a remar en la misma dirección. “Los diputados van a tener que formar ahora un gobierno. Esperamos que eso permita superar las divisiones de la sociedad catalana con el fin de llegar a un futuro común con la participac­ión de todas las fuerzas políticas de España”, señaló el portavoz de la cancillerí­a, Ulrike Demmer. El Gobierno alemán “confía en que todos los actores políticos en España van a aprovechar las oportunida­des para el diálogo y la rebaja de la tensión”, enfatizó añadiendo que el futuro Govern “deberá actuar dentro del respeto al Estado de Derecho y la Constituci­ón española”.

Desde París, el exprimer ministro francés Manuel Valls pidió que prevalezca “el diálogo entre Madrid y Barcelona” y que el que el frente independen­tista renuncie a su agenda, “muerta frente a a realidad”, dijo. “No hay realmente una solución, estamos ante una suerte de punto muerto”, un panorama político muy fragmentad­o “que no será fácil de gobernar”, declaró en la radio France Info el exjefe de gobierno francés, de origen catalán y muy implicado en las elecciones del 21-D en apoyo de Ciutadans.

Tal y como reveló una reciente encuesta, el interés por la cuestión catalana es escaso Bélgica (el 37% de los flamencos no tiene opinión al respecto, porcentaje que se eleva al 41% en Valonia y Bruselas) aunque es un tema político de primer orden para algunos de sus político, como el partido soberanist­a flamenco N-VA. “Los que proponen más autonomía han ganado las elecciones catalanas y tienen mayoría parlamenta­ria”, celebró el ministro presidente de Flandes, Geert Bourgeois, dulcifican­do siempre los planes de sus aliados catalanes para no incomodar a su propio electorado, reacio a la idea de la independen­cia. “España no va a poder ignorarlo más, es la hora del diálogo”, dijo.

Carles Puigdemont reiteró ayer desde Bruselas, en una rueda de prensa celebrada en un local frente al Consejo de la UE, su deseo de reunirse con las autoridade­s comunitari­as. Desde que tomó posesión de su cargo como president de

Las reacciones oficiales llegan con cuentagota­s pero coinciden en reclamar diálogo Puigdemont pide a las institucio­nes de la UE que “como mínimo” le escuchen

la Generalita­t, nunca ha sido recibido en la Comisión Europea, que ha respondido con excusas a las múltiples demandas catalanas. En julio, sin embargo, después de que su presidente, Jean-Claude Juncker, se viera con el lehendakar­i vasco Íñigo Urkullo y el president de la Generalita­t Valenciana, Ximo Puig, cambió de actitud y afirmó que estaría dispuesto a recibir a Puigdemont. Se sugería que, si no lo hacía, era por miedo a escuchar una respuesta de que no le gustara. “Sólo pedimos que se nos escuche, para que se formen una opinión”, reclamó ayer el líder de Junts per Catalunya.

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