El factor Puigdemont se impone en Girona
Un total de 64 de cada 100 electores votaron fuerzas independentistas
Esquerra Republicana de Catalunya lo reconocía al cierre de la noche electoral. “El factor de tener un presidente de Girona se ha notado”, aseguraba el diputado electo Roger Torrent, número 2 de la formación republicana en la circunscripción. Con 4 escaños, uno más que en los comicios del año 2012 (los últimos a los que ERC y CDC se presentaron por separado antes de crear en el 2015 Junts pel Sí), la formación liderada por la exconsellera de Treball, Dolors Bassa, se vio superada por la candidatura de Carles Puigdemont, Junts per Catalunya (JuntsxCat), que obtuvo 7 diputados, y se impuso en todas las comarcas. Y eso a pesar de que todas las encuestas pronosticaban unos mejores resultados para ERC que para JuntsxCat. Aun así, en zonas como el Pla de l’Estany, la lista de Carles Puigdemont registró más de la mitad de los sufragios emitidos. La Selva fue la comarca gerundense donde menos respaldos obtuvo, pero aun así prácticamente uno de cada tres votantes depositó su confianza en la candidatura independentista que en Girona estaba liderada por la vicerrectora de la UdG, Gemma Geis.
Los expertos sitúan el “liderazgo” de Carles Puigdemont como una de las claves de su victoria en Girona, pero no como el único factor. Más allá de la alta participación, y el “efecto Puigdemont” el politólogo Xavier Crehuet explica que “las preferencias políticas por CiU en Girona están muy enraizadas y en estas elecciones la trayectoria y la historia también han pesado”. La hegemonía convergente en Girona ha sido la tónica general desde 1980.
Los resultados de este jueves confirman también Girona como uno de los principales graneros independentistas de Catalunya junto con Lleida. Un total de 64 de cada 100 electores apoyaron a alguna de las tres formaciones partidarias de la independencia en Girona y eso a pesar de que la CUP perdió más de 11.000 votos, aunque mantiene el único representante conseguido en 2015.
ERC con 4 diputados se consolida como segunda fuerza política excepto en las comarcas de La Selva y el Alt Empordà, donde un cre-
cido Ciutadans le arrebata ese puesto. La formación naranja ha aumentado en dos años un 60% sus votos. El hecho de que el partido de Albert Rivera haya duplicado el número de escaños –pasa de 2 a 4- hace ser optimista a su cabeza de lista Jean Castel que pronostica un “gran resultado” en las próximas elecciones municipales . Ciutadans ha sido primera fuerza en algunas de las ciudades más pobladas de la demarcación como Figueres, Blanes, Castelló d’Empúries, Lloret de Mar o Roses y ser segunda fuerza en otras como Girona, Castell-Platja d’Aro, L’Escala, Palafrugell, Salt, Sant Feliu de Guíxols o Puigcerdà. “No tenemos techo”, advierte Castel. Y el margen de mejora en las municipales es amplio porque en la actualidad, Ciutadans cuenta con 11 concejales repartidos entre 8 municipios; ninguno en gobiernos municipales.
El partido de Inés Arrimadas ha pescado en aguas del PP, que se ha quedado sin el único representante que obtuvo en el 2015. En comparación con aquellas elecciones, los populares han perdido la mitad de votos y en ninguna comarca han superado el 4% de apoyos. El “voto útil al partido naranja también podría haber contribuido a frenar las perspectivas de crecimiento del PSC que no suma el segundo escaño como tenía previsto.
El cabeza de lista de Ciutadans ve en las municipales del 2019 una oportunidad para entrar en consistorios