“Los dos vamos presionados a este partido”
“Estamos ilusionados con este partido porque es una oportunidad para resarcirnos un poco de lo que ocurrió en la Supercopa”. Ernesto Valverde ha estudiado meticulosamente sus dos primeros partidos en el banquillo del Barcelona, saldados con dos derrotas contra el Real Madrid. Desde entonces, 24 actuaciones y ninguna derrota, una serie que intentará mantener en el Bernabeu en un clásico que, según el entrenador, no tiene un favorito a pesar de la diferencia en la clasificación. “Los dos equipos vamos presionados por lo que significa este partido. Por el hecho de que ellos vayan más abajo es posible que tengan un poco más de obligación, pero no es llamativo”. Según Valverde, un triunfo en Chamartín, que ampliaría la diferencia con los blancos (con un partido menos) a 14 puntos, no significaría desbancarlos de la lucha por el título. “Todavía quedará mucho y todo por decidir”, afirma rechazando la futurología: “No pensamos demasiado en las consecuencias de un partido hasta que no se hayan producido. No puedes perder el tiempo en pensar qué pasaría si ganas, si pierdes o si empatas”.
En este sentido, el entrenador extremeño apela más al pasado que al futuro. Concretamente mira, como referencia, al segundo partido de la Supercopa. “La sensación es que lo perdimos en el primer tiempo. Ellos entraron muy bien y no supimos superar el ritmo y la presión que nos impusieron y que nos forzaron a cometer errores”. Valverde augura para hoy un despliegue similar del Real Madrid: “Suponemos que harán valer el factor campo e intentarán apretarnos, pensamos que intentarán meterle mucha presión, sobre todo al principio, para marcar terreno”. El objetivo del técnico consiste en contener la embestida inicial y, progresivamente, ir imponiendo el ritmo. “Supongo que los últimos metros serán decisivos”, afirma, más preocupado en las prodigiosas transiciones blancas que en mantener la posesión como objetivo: “La posesión de la pelota no te hace ganar el partido, lo que pasa es que es un medio para hacer ocasiones y algunos equipos como el nuestro lo desarrollan más que otros. Puede ser un factor importante, pero el fin último es llegar a la portería contraria y generar las ocasiones de gol”. Exige, por otra parte, una atención permanente. “En partidos de este tipo –recuerda– tenemos que estar muy atentos a cualquier detalle. Hay jugadores tan extraordinarios que cualquier jugada te puede decantar el partido”.
El factor campo contribuye a equilibrar las posibilidades entre un líder invicto y un Madrid irregular. Pero en las gradas Valverde no espera un ambiente más hostil de lo normal por el contexto político. A Piqué, un futbolista señalado por sus opiniones, nada le va a afectar. “Lo veo normal, lo veo bien y tranquilo, igual que yo”, explicó el entrenador, que expresó su reconocimiento a los éxitos del Real Madrid pero abominó del pasillo de honor: “Yo no le haría el pasillo a nadie y tampoco quisiera que me lo hicieran a mí si se diera el caso. El tinte [mediático] que tiene ha perdido un poco la esencia de hace años”.
En la última respuesta de su comparecencia de ayer, Valverde intentó situar el clásico en un plano de normalidad: “Hay tantas luces alrededor de este partido que a veces no te dejan ver el fondo, y en el fondo es un partido de fútbol de 11 contra 11”.