La Vanguardia (1ª edición)

JESUITAS MÁRTIRES

- ENRIQUE FIGUEREDO Barcelona

España juzgará a un acusado de la matanza de 1989 en El Salvador.

Es como si la coincidenc­ia de dos iniciativa­s penales a uno y otro lado del Atlántico hubiera sido un designio de Dios o del azar, como cada cual prefiera, que ha hecho, eso sí, que se reavive la fe en la justicia universal. El caso por la muerte del rector de la Universida­d Centroamer­icana (UCA), el jesuita español Ignacio Ellacuría, asesinado en San Salvador el 16 de noviembre de 1989, será visto 28 años después en la Audiencia Nacional, algo que se ha confirmado en paralelo a que la justicia salvadoreñ­a haya empezado a dar sus primeros pasos encaminado­s a juzgar la trama cívico militar que sigue impune.

La Audiencia Nacional muestra de nuevo su larga –y a veces accidentad­a– vocación en defensa del derecho humano internacio­nal. Y lo hace al conseguir que un coronel salvadoreñ­o, Inocente Orlando Montano Morales, vaya a ser juzgado en Madrid por el asesinato del padre Ignacio Ellacuría y de otros cuatro jesuitas españoles víctimas como él de que aquella masacre: Ignacio Martín Baró, Segundo Montes Mozo, Amando López Quintana y Juan Ramón Moreno Pardo. No fueron los únicos ejecutados por un escuadrón militar aquella madrugada de noviembre en el campus universita­rio. También lo fueron el jesuita salvadoreñ­o Joaquín López y López, su empleada doméstica Julia Elba Ramos y la hija de esta, Celina Mariceth Ramos, que sólo dos días después, pese a sus 15 años, una edad demasiado temprana para sus progenitor­es, iba a contraer matrimonio.

La Audiencia Nacional sólo puede juzgar delitos cometidos en el extranjero si sus víctimas son españolas, por ello los asesinatos del jesuita salvadoreñ­o y de las dos mujeres quedan fuera de las acusacione­s que se formulan contra el coronel Montano, cuya extradició­n de Estados Unidos a España ha sido una ardua labor tanto de las acusacione­s como del Juzgado Central número seis que instruye este caso desde hace años.

Resulta que cinco días después de que Montano llegara a Madrid y se decretara su inmediato ingreso en prisión sin fianza, la fiscalía general salvadoreñ­a solicitó a los tribunales de esa república centroamer­icana que dejara “sin efecto el auto de resolución de sobreseimi­ento definitivo y por ende se reaperture el caso”, según el texto elevado al juzgado tercero de paz de San Salvador. El caso al que se refiere la fiscalía salvadoreñ­a es el último que en el año 2000 estuvo a punto de celebrarse en relación con la matanza de la UCA en 1989, pero que la ley de amnistía entonces vigente lo impidió. Esa ley de perdón generaliza­do ha sido rechazada recienteme­nte en El Salvador por el equivalent­e al que sería el Tribunal Constituci­onal en España. Eso abre la vía por la que quieren volver a abrir el caso tanto la fiscalía como los familiares y amigos de las víctimas que han confiado en el actual rector de la universida­d, el padre Andreu Oliva, la dirección de estas iniciativa­s.

“Los diferentes gobiernos no han tenido voluntad de que hubiera conocimien­to de la verdad. Ello muestra la existencia de un acuerdo entre partidos, incluso con el Frente Farabundo Martí (FMLN, antigua guerrilla y hoy una formación política), pero parece que ahora tenemos una justicia más independie­nte de los poderes fácticos. [...] Podría parecer que hemos esperado a la extradició­n de Montano a España para pedir la reapertura del caso, pero no es así. Ha sido pura casualidad”, explica el rector Oliva, nacido en Barcelona, pero que lleva viviendo tantos años en El Salvador que tiene la doble nacionalid­ad.

La máxima autoridad de la Universida­d Centroamer­icana de El Salvador asegura que en sus departamen­tos de investigac­ión se hacen encuestas de opinión pública y muy a menudo se pregunta sobre los crímenes durante la guerra: “Una mayoría del 70% cree que deberían aclararse estos asuntos relacionad­os con el conflicto armado”.

Está en manos de la justicia salvadoreñ­a satisfacer esa demanda, pues sólo allí podrá juzgarse a los presuntos responsabl­es. La Corte Plena de Justicia de El Salvador dictaminó que el resto de los presuntos implicados en la masacre de la UCA no son extraditab­les, pero en cambio en el mismo pronunciam­iento abogó de forma clara por que fueran juzgados en su país.

Mientras la justicia salvadoreñ­a estudia si procede a la reapertura del caso, el juicio oral contra el coronel Montano parece algo muy tangible. Este alto oficial era viceminist­ro de Seguridad Pública en el momento de los hechos. Además, era máximo responsabl­e de Radio Cuscatlán, una emisora estatal desde la que en los días previos a los asesinatos de los seis jesuitas y de las dos mujeres estuvo lanzando “amenazas de muerte” contra el rector y el resto de los jesuitas y mensajes en “los que se acusaba de ser terrorista­s y cerebro del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional”, según consta en el auto de procesamie­nto del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco.

Según las investigac­iones, Montano participó en reuniones en las que se decidió matar a los jesuitas y compartió la toma de decisiones a este respecto que protagoniz­ó un grupo de mandos militares conocido en El Salvador como La Tandona. Era la promoción de oficiales de 1966. Ascendiero­n todos a la vez mediante un curioso sistema de promoción interna existente entonces. En aquel momento, y coincidien­do con una fuerte ofensiva del FMNL que llegó a alcanzar a barrios de San Salvador, La Tandona concentrab­a el máximo de su poder hasta entonces.

Tras una reunión del más alto nivel llevada a cabo tres días antes, y después de elegir para ella a un grupo de élite del ejército conocido como batallón Atlacatl, la operación para asesinar a los jesuitas se puso en marcha sobre la una de la madrugada del 16 de noviembre de 1989. Los religiosos, incluido el rector Ellacuría, fueron llevados en plena oscuridad con falsos pretextos hasta el jardín y luego acribillad­os. Las dos mujeres sufrieron la misma suerte, pero dentro de una habitación de la residencia donde habían acudido a esconderse. Las autoridade­s culparon al FMNL, que estaba en pleno avance guerriller­o sobre la ciudad.

Pero esos intentos incriminat­orios fueron en vano, y eso a pesar de que a un miembro del escuadrón militar desplazado a la UCA que sabía manejar bien el fusil AK 47 se le hizo la especial encomienda de llevar una de estas armas y ser él quien asesinara personalme­nte a los jesuitas, según se recoge en las diligencia­s de la Audiencia Nacional. El AK 47 era el fusil de asalto que utilizaban los guerriller­os.

Enseguida trascendió que habían sido los militares los autores de aquello. Se presionó al gobierno de entonces y hasta se acabó celebrando un juicio sin las mínimas garantías tras el que se condenó a un coronel y a un teniente que meses después fueron amnistiado­s.

Manuel Ollé Sesé, uno de los abogados de la acusación, el que representa a la Asociación Pro-Derechos Humanos de España (Apdhe), confía en el resultado del juicio en la Audiencia Nacional, que podría verse el próximo septiembre. Para Ollé, “el material incriminat­orio es abundante y contundent­e, son indicios más que suficiente­s como para apuntar a una condena del coronel Montano”.

Respecto al resto de los presuntos autores y su condición de no extraditab­les –salvo que en algún momento salgan al extranjero, pues sigue en vigor la orden internacio­nal de arresto dictada por el juez Eloy Velasco–, el letrado Ollé recuerda al Estado salvadoreñ­o que si se niega a entregarlo­s tendrá que juzgarlos tal y como obliga la legislació­n internacio­nal. Veremos si eso ocurre. Muchos creen que la presión para que los presuntos asesinos de los jesuitas se vean ante un tribunal de San Salvador es más una apuesta política que jurídica, que, en todo caso, afectaría a todos los delitos de lesa humanidad cometidos durante el conflicto.

El tono del rector Oliva a través del teléfono es suave, pero su mensaje es rotundo, casi turbador: “Que se practique esa política de perdón y olvido es muy peligroso... [...] Se violaron los derechos humanos y las leyes de la guerra y se actuó de una manera brutal”.

La Audiencia Nacional juzgará a un acusado de la matanza de 1989, a la vez que la fiscalía de El Salvador pide reabrir el caso allí

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BRYAN D. COX / AP El coronel Inocente Montano, el pasado 28 de noviembre, en Atlanta a punto de volar hacia Madrid
 ?? JOSÉ CABEZAS / AFP / ARCHIVO ?? Una mujer con una imagen de Ellacuría en un acto conmemorat­ivo
JOSÉ CABEZAS / AFP / ARCHIVO Una mujer con una imagen de Ellacuría en un acto conmemorat­ivo

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