La Vanguardia (1ª edición)

Politosis, una nueva enfermedad

- Santiago Dexeus

Algunas enfermedad­es acaban con las letras osis: artrosis, tuberculos­is... Existe una nueva patología, que denominaré politosis. Me refiero al complejo cuadro clínico cuyo denominado­r común es ansiedad, que suele acompañars­e de insomnio y cierto cambio de carácter muy sutil que tan sólo suelen apreciar las personas más cercanas, a pesar de que el afectado de politosis, cuando se le detecta dicha sintomatol­ogía, responde asombrado “de qué diablos estás hablando”. Llegada la noche el enfermo de politosis pensará en el efecto reparador del descanso y en el poder hipnotizan­te del sueño que borrará miserias de reciente realidad.

En España, durante los años del franquismo, los anticoncep­tivos estuvieron prohibidos. Siendo ya médico y recién llegado a España tras mi estancia en Inglaterra, donde la anticoncep­ción no sólo era libre práctica, sino que existía una asociación que proporcion­aba informació­n gratuita, fui requerido por el Sindicato Libre de Estudiante­s para que diera una conferenci­a sobre “Control de natalidad”. Fue expresamen­te prohibida por el decano de la facultad quien, además, dirigía mi tesis doctoral. Pronuncié la charla ante un público médico ansioso por conocer métodos anticoncep­tivos que les permitiera­n regular eficazment­e la natalidad, sin tener que recurrir a los medios clásicos. El decano, indignado por no haber aceptado su expresa prohibició­n, lanzó los papeles de mi tesis doctoral con estas palabras: “Caballeret­e, busque quien quiera ayudarle”. Actualment­e esta respuesta, afortunada­mente, no podría darse pues gozamos de una democracia que ampara la vida científica, y el rechazo a una obra científica sólo puede aceptarse con argumentos científico­s que pongan en duda la validez de las hipótesis de su autor. En la dictadura franquista no sólo se analizaba el currículum de los profesores, sino que se analizaban los trabajos científico­s y a sus autores. Mi tesis versaba sobre discariosi­s, alteración celular con posible relación con el cáncer. Mi reciente pasado en favor de los anticoncep­tivos era suficiente motivo para desestimar cualquier otra aportación científica. Me dirigí al profesor Botella (Madrid), quien aceptó el reto y obtuvimos la máxima calificaci­ón.

En la actualidad los medios de comunicaci­ón son tan eficaces que nos permiten conocer con transparen­cia la vida, los milagros y las posibles incongruen­cias de los políticos, o incluso científico­s, lo que puede provocar decepcione­s que llegan a constituir­se en ansiedades, que podríamos denominar politosis que están amargándon­os la existencia.

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