La Vanguardia (1ª edición)

Navidad o la humildad de Dios

- J.J. OMELLA, cardenal arzobispo de Barcelona Juan José Omella

Hemos llegado al cuarto y último domingo de Adviento. Se da la coincidenc­ia que hoy finaliza el tiempo litúrgico de Adviento y a partir de esta tarde, con las primeras vísperas, iniciamos el tiempo de Navidad con la celebració­n de la Solemnidad del Nacimiento del Señor. Os invito a contemplar el misterio de Navidad como expresión de la humildad de Dios.

Son muy numerosos los santos y santas que nos invitan a vivir el gozo de la Navidad desde la perspectiv­a de la humildad. Quizá el más emblemátic­o y popular es san Francisco de Asís. Así nos lo recuerda el papa Benedicto XVI cuando reconoce que “el particular e intenso clima espiritual que rodea la Navidad se desarrolló en la edad media, gracias a san Francisco de Asís, que estaba profundame­nte enamorado del hombre Jesús, del Dios-con-nosotros”. Se cuenta que mientras recorría la pequeña población de Rieti en 1223, la Navidad lo sorprendió en la ermita de Greccio y fue allí donde tuvo la inspiració­n de reproducir en vivo el nacimiento de Jesús. Una preciosa tradición que debemos conservar.

Animo a las familias a colocar el pesebre en sus hogares. Que la contemplac­ión del nacimiento, como a san Francisco, nos acreciente el deseo de experiment­ar de forma concreta, viva y actual la humilde grandeza del acontecimi­ento del nacimiento del Niño Jesús y el deseo de comunicar su alegría a todos.

Pienso también en santa Teresita de Lisieux, que, como religiosa carmelita descalza, tomó el nombre de Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, uniendo en el nombre la humildad de Jesús Niño y la tremenda humillació­n del Dios-hombre en la Pasión. Ella, que es también doctora de la Iglesia, supo vivir y dar testimonio de lo que llamaba “su camino”, la “infancia espiritual”, que se aprende meditando el misterio de Navidad en el cual Dios por nosotros se hizo pequeño y frágil.

“Esto es un gran misterio –dijo el papa Francisco en la Navidad de 2015– ¡Dios es humilde! Nosotros, que somos orgullosos, estamos llenos de vanidad y nos creemos grandes… ¡no somos nada! Él es grande, es humilde y se hace niño. ¡Esto es un verdadero misterio! Dios es humilde. ¡Esto es hermoso!”.

En el tiempo navideño recordamos especialme­nte su infancia: un niño Dios que quiere cautivar nuestra atención y nuestros corazones. Estos días de Navidad regalémono­s tiempo para contemplar a este Dios que se ha hecho niño para acercarse totalmente a nosotros. Este niño Dios, que nos impulsa a acoger las necesidade­s de los que nos rodean. En este sentido, doy las gracias a Dios por poder contar en Barcelona con una obra diocesana centenaria a favor de los niños enfermos o discapacit­ados, que precisamen­te lleva el nombre del niño Dios: la Fundació Nen Déu.

Decía el papa Francisco, en la citada alocución: “Es una buena costumbre que los padres y abuelos tienen: mirar a los niños, mirar lo que hacen, mirarlos a ellos. Así descubrimo­s, sobre todo, que los niños requieren nuestra atención. Ellos tienen que estar en el centro”.

Esta Navidad, os animo a contemplar con gozo a nuestros niños y a descubrir en ellos la mirada del niño Dios, y que así también sean centro de atención nuestros ancianos y aquellos que padecen la soledad. Os deseo a todos una santa y feliz Navidad. Que Dios os conceda su paz.

Esta Navidad os animo a contemplar con gozo a los niños, a los ancianos, a los que padecen la soledad

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain