Espacios mutantes
La ausencia de una política global condena algunos equipamientos culturales a un estado de indefinición permanente
Arts Santa Mònica seguirá siendo un espacio artístico pluridisciplinar o se reconvertirá en centro de arquitectura? ¿Fabra i Coats asumirá finalmente el papel de ese centro de arte que Barcelona nunca ha tenido? ¿Cuál será el destino final del pabellón Victòria Eugènia, reivindicado por el MNAC para poder crecer y desplegar su colección de los años cincuenta a los setenta? Y, sobre todo, ¿cuándo? El año que está a punto de finalizar no sólo no ha despejado el futuro inmediato de algunos de los grandes equipamientos de Barcelona, sino que ha abierto nuevas incertidumbres.
La situación no es nueva. Los sucesivos cambios políticos y la ausencia de una visión conjunta y a largo plazo capaz de superar los intereses partidistas de las distintas administraciones han condenado históricamente a los centros a un estado de indefinición, un stand by recurrente, del que se resiente todo el sistema. El ejemplo más flagrante de esa política errática es el de Arts Santa Mònica, espacio dependiente de la Generalitat al final de la Rambla que desde su inauguración, en 1988, ha vivido fuertes sacudidas y cambios de rumbo prácticamente cada vez que llegaba un nuevo inquilino a la sede del Departament de Cultura, situada justo enfrente.
Planteado inicialmente como sede provisional del futuro Museu d’Art Contemporani de Catalunya, donde se exhibiría la colección
Arts Santa Mònica y Fabra i Coats volverán a redefinir sus modelos a lo largo del 2018
de arte contemporáneo de la Generalitat, la propuesta fue reconducida primero hacia la de un centro de exposiciones polivalente (1988-1995) centrado más tarde en el arte catalán (1995-2003); adoptó el modelo kunsthalle yse abrió a la creación internacional bajo la dirección de Ferran Barenblit (2003-2008); mutó luego en centro interdisciplinar de arte, ciencia y comunicación de la mano de Vicenç Altaió (2009-2013) y con Ferran Mascarell en la conselleria se reinventó como efímero y errático centro de la creatividad.
Los golpes de timón parecían haber llegado a su fin con la convocatoria, en el 2014, de un concurso público para nombrar un director independiente, del que resultó elegido Jaume Reus. Pero antes de que concluyera su compromiso por cuatro años, el conseller Lluís Puig, ahora refugiado en Bruselas, anunciaba el pasado mes de septiembre que Arts Santa Mònica se convertirá en un centro de arquitectura una vez descartada la opción de transformarlo en un centro nacional de fotografía, debido a la opinión negativa del sector. También desde el de la arquitectura han surgido voces discrepantes. Y más aún desde el de las artes visuales, que en las últimas semanas ha protagonizado diversas acciones de protesta.
El conseller Lluís Puig hizo el anuncio durante la presentación del tercer plan de museos (los de Joan Manuel Tresseras y Ferran Mascarell, del 2008 y el 2015, respectivamente, acabaron prácticamente en papel mojado) y trató de tranquilizar los ánimos asegurando que las muestras y actividades se reubicarían en Fabra i Coats, centro de titularidad del Ayuntamiento, con el que la Generalitat aún no ha alcanzado ningún acuerdo. Desde el Consistorio se trabaja para convertir Fabra i Coats en el tan anhelado centro de arte contemporáneo de Barcelona que debería haber ocupado el Canòdrom y para el que en el 2009 llegó incluso a nombrase un director, el suizo Moritz Küng, cesado en el 2012 sin que pudiera desarrollar su proyecto. Cinco años después, Barcelona sigue sin contar con un centro de arte, y el Canòdrom es un parque de investigación creativa vinculado a la cultura.
El nuevo plan de museos define también que el pabellón de Victoria Eugenia de Fira de Montjuïc será el espacio destinado para ampliar el MNAC, trasladando allí su biblioteca y parte de su colección, además de exposiciones temporales. El plan prevé 3,6 millones para acondicionarlo, pero de momento ni siquiera existe un acuerdo firme con el Ayuntamiento, que meses atrás había anunciado otro destino: una sede para grandes exposiciones internacionales cuya apertura tendría lugar en septiembre del 2018.