El pasillo lo hizo Kovacic
El Madrid sufrió un colapso total en un segundo tiempo para olvidar
El Madrid terminó su mejor año de la peor manera posible, con una dura derrota ante un Barcelona contra el que no sabe jugar en la Liga en el Bernabeu. Tras una primera parte igualada y en la que los blancos les jugaron a los azulgrana de tú a tú, en la segunda parte el equipo de Zidane sufrió un colapso cerebral de diez minutos que le costó el partido, pues ya no pudo recuperarse. Si la temporada pasada el Barcelona ganó porque Marcelo no supo parar una contra que inició Sergi Roberto casi en su propia área, en la matinal de ayer en el Bernabeu el papel de malo le tocó a Mateo Kovacic, el arma secreta de Zidane, la sorpresa en la alineación para reforzar el centro del campo y se supone que protegerse de las genialidades de Leo Messi.
A priori la receta no parecía descabellada porque se había ensayado en la Supercopa de España con notable éxito. Con todo, cabía ver la cara de Isco en el banquillo para augurar que si el jugador más en forma del Madrid no estaba sobre el césped, los blancos iban a buscar la victoria por una vía distinta a la del talento.
Como el diablo siempre enreda en estas cosas de las malas alineaciones, Kovacic se iba a ver retratado de la peor forma a los ocho minutos del segundo tiempo. Hasta entonces su papel había sido discreto en un partido de dominio y ocasiones alternos. Pero ya el comienzo del segundo tiempo había encendido el runrún de la grada, alertada por lo que estaba viendo. El Madrid había aparecido con aire melancólico y el Barça iba con la directa puesta hacia los tres puntos.
Si en abril pasado la jugada que puso patas arriba al Bernabeu la inició Sergi Roberto, esta vez fue Busquets, que buscó como socio a Rakitic con un pase adelantado. El croata tomó el balón en el centro del campo y enfiló hacia el área visitante. Incomprensiblemente, Kovacic no le apretó. Le siguió con la mirada a trote cansino y le dejó pasar. ¿A quién vigilaba Kovacic? ¿A Luis Suárez, que venía lanzado por la otra banda? ¿Se supone que no quitaba ojo a Leo Messi, por si acaso? El caso es que Ivan Rakitic abrió a la banda para Sergi Roberto, que acertó con un centro que remató Luis Suárez a la carrera. 1-0. Directo al mentón.
El gol dejó en la lona al Madrid. Durante diez minutos los blancos estuvieron en estado de muerte cerebral, incapaces de reaccionar al varapalo. El Barcelona tuvo esos diez minutos para jugar a placer, y el segundo gol llegó porque el Madrid se empeñó en que se lo marcaran. Todo lo que pudo hacer mal en la jugada lo hizo, y hasta con reiteración. La jugada esta vez la inició Piqué, la continuó Messi con un pase excelso a Suárez, que remató hasta por dos veces. La primera se la sacó Navas; en la segunda, el balón fue al poste. Allí nadie defendía, y el Barça dispuso de un tercer remate de Paulinho que fue despejado con la mano por Dani Carvajal y que tras un rechace acabaría en gol, invalidado por el árbitro murciano para dar el penalti que supuso el gol de Messi.
El 0-2 mató lo que quedaba de partido y condujo al Madrid a media hora de sufrimiento extremo. La grada empezó a perder elementos desde ese mismo instante, con madridistas desfilando ya por los vomitorios. Zidane, que tenía en la banda calentando a Bale y Asensio, los mandó al banquillo e hizo entrar a Nacho para recomponer la defensa de cuatro. Buscaba tapar nuevas vías de agua antes que intentar volverse a meter en el partido. El elegido para ir a la caseta fue Benzema, que sufrió otra de las típicas pitadas de su público que se lleva con frecuencia en esta temporada particularmente aciaga para el francés.
El partido no varió de sino, pero durante diez minutos a Zidane se le olvidó que le quedaban dos cambios. Al final, introdujo a Bale y Asensio por Casemiro y Kovacic. Isco se quedó definitivamente comiéndose las uñas en el banquillo. Triste epílogo para un año tan brillante que no parece que pueda repetirse.
El entrenador se equivocó con la apuesta sorpresa del croata y por mantener a un negado Benzema