“Sé que me van a meter hostias”
Ala defensiva, dispuesto a defender a Kovacic a capa y espada como otras veces le ha tocado proteger a Benzema, Cristiano y Bale. Así salió Zinédine Zidane a la sala de prensa del Bernabeu, consciente que su decisión de no hacer jugar a Isco, que hasta ayer había tenido presencia en todos los partidos de Liga, iba a copar el turno de preguntas. Así fue. El técnico tuvo que responder más de la ausencia del malagueño que de la cobertura que el croata había ejercido sobre Messi, y su constatación le llevó a responder con dureza y a mantener su posición como técnico en un día difícil para su equipo y para el madridismo.
“Yo tengo que elegir y ya está, no hay más –se arrancó–. Con Kovacic el planteamiento era un poco diferente que con Isco. Mateo tenía que tener vigilancia sobre Messi y lo ha hecho muy bien. No se puede atribuir a eso la derrota”. No obstante, el técnico explicó que sí estaba en sus planes que el centrocampista que se ha convertido en el ídolo de la afición tuviese minutos, aunque su plan se vio frustrado por la expulsión de Carvajal. “Cuando quería hacer los cambios viene el segundo gol y la expulsión y todo cambia –reconoció sin arrepentirse de su planteamiento pese a la derrota–. No me arrepiento de nada, porque estoy aquí para tomar decisiones. Si llegamos a marcar en la primera parte, como pudimos hacerlo, el partido habría cambiado. Sé que me van a meter hostias, pero asumo mis decisiones. Yo soy el entrenador y tomaré decisiones mientras esté aquí. Esto no va a cambiar nada, nosotros vamos a seguir igual”.
Para el entrenador blanco, la clave del partido estuvo tanto en la falta de pegada de su equipo durante los primeros 45 minutos como en el error defensivo que permitió a Luis Suárez abrir el marcador y, cómo no, en la expulsión de Carvajal. “Estamos mal, porque empezamos muy bien y el partido fue muy igualado. Pero cometimos un error en el primer gol, defendimos mal, fue un simple detalle que nos puso las cosas difíciles. Es jodido, porque tú piensas una cosa, te marcan, te expulsan un jugador, te meten el segundo… No merecimos esto, pero así es el fútbol. Es una derrota que duele, pero que no nos va a hacer cambiar nada”.
Pese a los 14 puntos –con un partido menos– que separan a Barcelona y Real Madrid, Zidane no quiso ayer dar por finiquitada la Liga. “No pensemos más en esto –pidió el técnico–. Vamos a descansar, a disfrutar de la familia y a volver con más fuerzas, no vamos a bajar los brazos, porque el Madrid nunca se rinde. No creo que esté sentenciada la Liga y diría que el entrenador de enfrente tampoco lo cree”.