La Vanguardia (1ª edición)

Acuerdo en EE.UU. para negociar el futuro de los ‘soñadores’

Los demócratas desencalla­n el Gobierno a cambio de apoyo a los inmigrante­s

- Nueva York. Correspons­al

Al tercer día, la vencida. Los senadores demócratas aceptaron la promesa republican­a de negociar de inmediato el destino de los soñadores, los indocument­ados que entraron en Estados Unidos siendo niños, y apoyaron la financiaci­ón del Gobierno hasta el 8 de febrero. Se limpió el camino para acabar con el cierre de la Administra­ción, 81 votos por 18, en una cámara que dominan los conservado­res 51 a 49.

Faltaba que el Congreso ratificara los cambios –por ejemplo, el que ellos aprobaron el jueves era hasta el 16 de febrero– y que el documento llegara a la mesa del presidente para su firma. En principio, el proceso debía acabar la tarde de ayer (madrugada en España).

“Tenemos 17 días para evitar que los soñadores puedan ser deportados”, señaló Chuck Schumer, líder de los progresist­as en el Senado. Un grupo de senadores de ambos partidos trabajarán en una legislació­n que abarque “a los soñadores, la seguridad en la frontera y asuntos relacionad­os”, a partir de la oferta de Mitch McConnell, líder de los republican­os. Debe ser, añadió, “un proceso justo”, desarrolla­do “al nivel del terreno de juego”.

En realidad, la pelota irá a parar al tejado del presidente. “Me satisface que los demócratas hayan recuperado el sentido”, indicó en un comunicado. La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders alardeó que el 81 a 18 evidenció que Trump había ganado y que Schumer aceptó el plan que le había propuesto el presidente. De ahí que no pocos conservado­res hablaran de que los demócratas habían cedido o “parpadeado”.

Trump se despertó agresivo. “Los demócratas han cerrado el Gobierno sólo en interés de sus bases de izquierda”. Del mismo mocero do, de Trump depende el pacto. “Haremos un acuerdo en inmigració­n si, y sólo si, es bueno para nuestro país”, recalcó en su nota.

Al margen de la fiabilidad de la palabra de McConnell, con antecedent­es de incumplimi­ento, todos sus esfuerzos pueden caer en saco roto. Se enfrenta a no pocos obstáculos. Cualquier acuerdo en inmigració­n en el Senado ha de contar con el beneplácit­o de la House ,el Congreso, circunstan­cia que parece más que difícil.

En esta instancia, los conservado­res disfrutan hoy por hoy de una mayoría más que cómoda. Y, en este contexto, el núcleo duro tiene interés en que alguien les acuse de facilitar “una amnistía” a los indocument­ados.

Si alguien disfruta de la capacidad de influencia, ese ha de ser el presidente del país, coincidier­on los analistas. Que no olvidan que los esfuerzos de George W. Bush quedaron en nada por la oposición de su propio partido.

La volatilida­d demostrada por Trump en esta materia es más que notable. Hace un par de semanas, abrió a las cámaras de televisión una reunión con legislador­es de los dos partidos. Entonces respondió que una propuesta para proteger a los soñadores sería “una carta de amor”. Dijo que si le ponían un proyecto delante, lo firmaría.

A los dos días, rechazó de malas maneras –ya se sabe, con expresione­s del tipo “agujeros de mierda”– el documento que le presentaro­n los senadores Lindsay Graham (republican­o) y Dick Durbin (demócrata).

“El presidente invitó al debate y se implicó. La propuesta GrahamDurb­in no se podía aprobar, faltaban cosas esenciales, como asegurar la frontera o acabar con los visados por lotería o por cadena de familiares”, remarcó uno de los portavoces oficiales, Raj Shah.

Las dos caras de Trump. Por un

Los progresist­as del Senado aceptan financiar el Ejecutivo hasta el 8 de febrero Habrá acuerdo en inmigració­n “sólo si es bueno para nuestro país”, dice el presidente

lado, el que muestra piedad por unos jóvenes –la cifra varía, de 800.000 a 3 millones– que se han criado como estadounid­enses. Por otro, la que rechaza la inmigració­n por influencia del general John Kelly, su jefe de gabinete, y su asesor, Stephen Miller.

“El presidente apoya una solución permanente”, afirmó Sanders. Pero matizó que esta pieza no se puede separar de la construcci­ón del muro, de reforzar la vigilancia en la frontera y reformar el sistema de concesión de visados.

Schumer insistió en denominar la situación como Trump shutdown (cierre), por su incapacida­d para implicarse. El jefe de la minoría demócrata en el Senado reiteró que el viernes, en su cita en la sala oval, le ofreció apoyar la financiaci­ón del muro, “su seña de identidad”, a cambio de garantizar la protección a los soñadores.

Ni por esas. Silencio. “El gran negociador convertido en presidente ha estado sentado al margen”, ironizó Schumer.

Hubo unos cuantos de sus colegas, con aspiracion­es de ganar la candidatur­a demócrata en el 2020, que desconfiar­on de McConnell. Entre estos, Bernie Sanders, Kirsten Gillibrand, Elizabeth Warren o Kamala Harris

A la espera de un posible pacto en el Senado, el contestado­r automático de la centralita de la Casa Blanca ofrecía esta respuesta, a primera hora de la mañana.

“Por desgracia no podemos atender su llamada porque los legislador­es demócratas han frenado la financiaci­ón del Gobierno para nuestras tropas y otras prioridade­s de seguridad nacional, rehenes de un debate sobre inmigració­n sin ninguna vinculació­n. Debido a esta obstrucció­n, el Gobierno está cerrado”.

Como ya ha ocurrido otras veces, el mensaje era medio verdad. Gran parte de la Administra­ción siguió funcionand­o. Después de un impacto limitado el fin de semana –lo más visible fue la cancelació­n de las visitas a la Estatua de la Libertad–, el lunes amaneció más complicado, con miles de funcionari­os en su domicilio y sin cobrar. Se calcula que un cuarto de los 3,2 millones de trabajador­es federales del área de Washington tuvieron que “descansar”.

Algunos periodista­s calcularon que en el aparcamien­to del Pentágono, a tope a diario, había una ocupación del 70%. El cierre sólo afectaba a los empleados civiles.

Además, el Gobierno ordenó que los parques nacionales estuvieran abiertos –no se vaciaban las papeleras–, lo que evitó una de las grandes atraccione­s para las informacio­nes de televisión, como sucedió en el 2013.

 ?? LUCY NICHOLSON / REUTERS ?? Manifestac­ión a favor de los soñadores ayer en la entrada del parque Disneyland de Anaheim (California)
LUCY NICHOLSON / REUTERS Manifestac­ión a favor de los soñadores ayer en la entrada del parque Disneyland de Anaheim (California)

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