LAS VARIEDADES DE TÉ
Estas son algunas de las variedades de té más consumidas en todo el mundo y que, en algunos casos, combinan diferentes tipos de té.
TÉ VERDE. No se fermenta durante su elaboración. Las hojas recién cosechadas son marchitadas y luego se les aplica vapor para evitar su oxidación. Así, mantiene su color verde y su sabor es más ligero.
TÉ BLANCO. Se elabora con las primeras hojas del té que nacen en primavera y se recogen cuando aún están cerradas. Se seca, no se fermenta y su procesado es mínimo para conservar su pureza. En China se le considera el más elegante: el té imperial.
TÉ OOLONG. Para producir los oolongs chinos, las hojas se dejan secar al sol tras la recogida, se sacuden en cestas de bambú para mellar los bordes de las hojas y vuelven a secarse para que fermenten. El sabor final es ligeramente afrutado.
TÉ NEGRO. 100% oxidado. Una vez cosechado, se secan las hojas, se maceran y se dejan reposar un tiempo para provocar su oxidación. Finalmente, se les aplica una fuente de calor.
TÉ ROJO. El té Pu Erh, o té rojo, proviene de la región de Pu’er en China. Después de ser oxidado pasa por un proceso de fermentación, con el que se consigue su característico color rojizo y el sabor terroso.
ROOIBOS. Es una infusión que no contiene teína, procedente de una planta sudafricana, el Aspalathus
linearis. La infusión es de coloración rojiza, parecida a la del té rojo. Destaca por su aroma afrutado, muy agradable, y por su sabor ligeramente dulce.