La alta cocina busca la complicidad de los arquitectos
Los hermanos Torres abrirán en primavera un gran espacio obra de Carlos y Borja Ferrater
El arquitecto Carlos Ferrater y su hijo, colega y socio Borja depositan cuidadosamente sobre la mesa de su estudio la maqueta de un nuevo restaurante. Se trata de Cocina Hermanos Torres, el encargo de los gemelos Javier y Sergio Torres, en el que trabajan con Núria Ayala, directora de proyectos de su estudio OAB. En pleno boom de aperturas de locales con interiorismos muchas veces cortados por el mismo patrón, estos chefs que acaban de obtener su segunda estrella Michelin en Dos Cielos han querido que el primer restaurante de su propiedad que abrirán en primavera y que ocupa una nave industrial de 800 metros cuadrados en Les Corts (Taquígraf Serra, 20) sea un espacio con proyección internacional.
No son los únicos que en los últimos años han buscado la complicidad de reconocidos arquitectos para construir su propio relato culinario. El caso más reciente, aunque con una propuesta totalmente distinta, fue el encargo de Albert Adrià al equipo de RCR (autores también de Les Cols de Fina Puigdevall ) de su restaurante Enigma.
Los hermanos Torres tenían numerosas ofertas de interioristas pero apostaron por arquitectos catalanes con peso internacional. “Nos tiramos a la piscina sin socios; es una ilusión que perseguimos desde hace años”. Cuentan que con su oferta gastronómica quieren rendir homenaje al producto, “pero también al productor y a la alta cocina. Más adelante nos dedicaremos también a impartir formación basada en nuestro propio estilo culinario”. Pero, además, quieren que la propia obra arquitectónica sea un atractivo importante. Están convencidos de que el espacio, que ellos definen como “un restaurante en la cocina en vez de una cocina en el restaurante”, será parte de la experiencia gastronómica y de que una ciudad en la que la gastronomía tiene un gran peso merece sumar restaurantes hermosos y bien concebidos. “Queríamos ir de Barcelona al mundo”, asegura Javier Torres. “Y por ello hemos ido a buscar a unos grandes arquitectos barceloneses”.
En su estudio de la calle Balmes, Borja Ferrater bromea sobre el entusiasmo de su padre en un proyecto que ambos comparten y que él a veces acapara como un niño con un juguete nuevo. A pesar de la relevancia de los proyectos que Carlos Ferrater ha desarrollado en muchos lugares, apenas se ha dedicado a concebir restaurantes. En este ca- so, lo han asumido adaptándose a la idea en la que soñaban los gemelos: crear un lugar donde los comensales comerán en torno a diversas cocinas. Habrá tres cocinas en medio de la sala, dos de ellas con fuego y la central neutra. Pero desde las mesas se verán otras cinco cocinas de preparación más que rodearán la
Los comensales podrán ver cómo se trabaja tanto en las cocinas centrales como en las que rodean el comedor
sala (cuarto frío, pescados, carnes, fondos, verduras, flores y hierbas y pastelería) mientras el equipo, de 35 personas, trabaja.
Se accederá a la nave industrial por una fachada que simula una masía catalana dibujada por la artista pintora Regina Saura (por un sistema de iluminación adquirirá distintos tonos en función de la temporada) y el espacio contará con una zona de bar junto a la bodega, que a su vez dispondrá una zona de cata; habrá un comedor privado que tendrá acceso a la zona de I+D equipada con cocina donde trabajarán, como en el restaurante, con los mejores productos de Mercabarna, con quien tienen un acuerdo.
Explica Carlos Ferrater que desde que en verano conocieron a los hermanos hubo sintonía. “Lo principal fue entenderles; autoconstruir su hábitat, crear el espacio en el que puedan sentirse como si hubiesen nacido allí. Un lugar donde ellos son protagonistas pero también lo es el comensal”. Para ello, añade, era fundamental acondicionar el confort, la acústica y la luz. Son aspectos en los que padre e hijo se han volcado. Este último explica que la nave industrial (de la que han conservado algunas lámparas para la entrada), tiene luz natural y que para la noche han creado una atmósfera muy interesante con una lámpara que se extiende por todo el techo y que han encargado al diseñador Pete Sans. A un lado de la sala habrá una cortina que permitirá vislumbrar imágenes de ingredientes de la temporada. En el comedor, una pequeña tarima dará protagonismo a algunas mesas. Ni arquitectos ni chefs quieren desvelar la sorpresa de los baños, que aseguran que no dejarán indiferente y que muestran la implicación de la empresa Roca en el proyecto, en el que colaboran varias compañías tecnológicas. Lo que están construyendo, según los hermanos, es la evolución de los espacios en los que han trabajado hasta ahora. “Creemos que servirá para dinamizar la zona de Les Corts en la que estamos”. Abrirán en primavera y ya hay quien ha hecho reservas.